Lección nº1: Sitúate a lo largo del andén allá donde haya menos aglomeración de personas y mentalízate de que durante los próximos minutos depende de cada trayecto vas a dejar de ser persona para convertirte en una sardina.
Lección nº2: Si pretendes dormir porque madrugas, por desgracia, a horas en las que no debería ser permitido, siéntate allá donde tu cabeza pueda reposar, porque sino constantemente asustarás al pobre que se haya sentado delante de ti con tus espasmos.
Lección nº3: En relación a la lección nº2, siempre, siempre, siempre, ponte una alarma por si te quedas dormido. “No, no, si yo controlo las paradas y no me duermo nunca, es como un estado de trance”. Eso hasta que llega el día en que te duermes y despiertas al final de la línea con un chino delante sonriéndote lo sabemos, nunca has visto un chino sonreír, usa tu imaginación
Lección nº4: Para los que decidan disfrutar despiertos del largo viaje y del magnífico paisaje, véase mar, montaña o campo, deben tener en cuenta el tipo de fauna que pueden encontrarse en su mismo vagón. A veces lo que buscamos está tan cerca, que no lo vemos.
Lección nº5: Cuanto tengas sentada al frente a una abuelita, nunca, nunca, nunca y bajo ningún concepto la mires a los ojos. Si lo haces, estás perdido. Y si lo haces, ni se te ocurra sonreír. Lo peor que te puede ocurrir es que no te deje hablar porque la mujer tiene muchas cosas que contarte sobre sus hijos, sus nietos, su marido que en paz descanse y su perro. Tranquilo. Sobrevivirás.
Lección nº6: Cuanto más potentes sean tus cascos para escuchar tu música, mucho mejor. A no ser que quieras disfrutar del perreo agradable y melódico de los cuatro latín lovers que acaban de subir al vagón y que no conocen el significado de AURICULARES.
Lección nº7: Al chico guapo que visualizas en tu diagonal, de pie, porque claro, ha cedido su asiento a la abuelita que no puedes mirar a los ojos –ese– siempre tiene novia. Lo sabrás porque siempre se bajará unas paradas antes que tú y tendrá quien lo espere al llegar a la estación. Emociónate si alguien viene a recogerte a ti.
Lección nº8: A no ser que se te haya olvidado echarte colonia y quieras perfumarte con un olor original y salvaje, aléjate de los hombres robustos y con camisetas de tirantes, sobre todo si estáis de pie y hay movimientos bruscos. Comer sobaco es un riesgo evitable.
Lección nº9: Cuando bajes del tren asegúrate que no te dejas nada, ni bolsas, ni tuppers, ni carpetas, ni chaquetas, ni objetos no identificados de tu propiedad, porque recuperarlos supondría otro capítulo de este manual.
Lección nº10: Si no te gustan las sardinas en lata ni los sobacos en la cara, vete a pata pero tu viaje será mucho más aburrido
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