Los autores de 'Cómeme el donut' nos cuentan qué significa 'Muslona'

LaPili y Jirafa Rey han vuelto a enviar un mensaje empoderador 

El pasado viernes 25 de mayo, LaPili y Jirafa Rey lo volvieron a hacer. Después de regalarnos el hit Cómeme el donut, los dos integrantes del grupo Cómeme el donut dejaron al público de Factor X con la boca abierta al cantarles su nuevo tema: Muslona. Otra performance insólita cuya base tiene como elemento principal el sonido que hacen los muslos de LaPili al chocarse el uno contra el otro para enviarnos, una vez más, un mensaje empoderador: Cómeme el donut.

Así que, después de la revolución que fue Cómeme el Donut, hemos querido saber qué ha llevado a estos dos primos malageños, Alejandro Robles 25 años y Pilar Robles 24 años, a escribir Muslona y qué repercusión están teniendo sus letras. Las mismas que, aunque Jirafa Rey diga que “no están pensadas para el público sino para que nos gusten a nosotros”, son capaces de construir un mundo en el que todos nos sintamos más aceptados.

El objetivo de Muslona

Muslona nació en la clase donde LaPili enseña baile africano, un conjunto de danzas cuyos movimientos hacen que los “muslos gordetes” choquen entre sí y suenen. LaPili, que se ha formado en danza y arte textil, explica que el problema llegó cuando se percató de que a algunas de sus alumnas les daba vergüenza protagonizar esa escena con sus muslos. Y eso no le dejó más opción que investigar cómo podía utilizar ese sonido en una performance.

Quería convertir la sonoridad que para esas alumnas era un complejo en un mensaje empoderador, en algo que les enseñara que no había motivo para que tuvieran que esconder sus cuerpos. Y, finalmente, lo consiguió cuando se percató de que podía ser un elemento de percusión en performances que, más tarde, le sirvió para desarrollar con Jirafa Rey, que ha estudiado filosofía, la canción que ahora acumula cerca de cuatro millones de reproducciones en YouTube: Muslona.

Se trata de una pieza que, como explica Jirafa Rey, persigue el objetivo de recordar que los cuerpos que no entran en los cánones de belleza aún no están aceptados en ciertos contextos. "Cuando LaPili era pequeña le decían qué tipo de ropa podía llevar o no para no enseñar los muslos. Esto parte de un tabú con el que tienen que lidiar muchas personas”, añade Jirafa Rey que, al mismo tiempo, asegura que ahora pretenden "retirar un poco ese discurso para ofrecer otro que diga arriba los muslos". Una voluntad que se aprecia claramente en esta parte de la canción:

Te busco en las revistas, me resulta agotante,
¿dónde están los muslos que hablan y tiran pa’ lante?
Parece que tú a nadie le interesas,
átate y júntate las piezas.
Celulitis free, celulitis free x4
Cuerpo de guitarra…
el tuyo de ukelele…
tú no tienes el factor x…
¡lo tengo en XL!
Muslona, muslona, muslona, muslona,
muslona, muslona, vamo’ a ponerlo de moda.

Reivindicaciones aún necesarias

A lo largo de los años nos hemos hartado de ver campañas que combatían el modelo de belleza establecido, pero ya hemos visto que aún están lejos de hacer un efecto real en la sociedad. Y, como dice Jirafa Rey, “nos hemos aburrido de este tipo de campañas", y añade: "Nosotros lo hacemos desde una energía muy diferente, con otra actitud y una fusión de reggaeton y electrónica”.

Sin embargo, lo que más preocupa a estos primos es que la escena que vivió LaPili no es la única que demuestra que las ‘muslonas’ no están aceptadas del mismo modo que una mujer o un hombre sin curvas. “A veces me han pedido que envíe prendas de mi marca, Lapilipili, a editoriales de moda que querían mostrar cuerpos de una forma reivindicativa. Pero después me han pedido otro tipo de prenda porque a la modelo se le marcaba la celulitis", recuerda LaPili, que también ha vivido experiencias similares al aparecer en campañas de magazines que presuntamente perseguían el mismo objetivo. "Cuando me enviaron el resultado, vi que me habían retocado con Photoshop. Mi piel no era mi piel ni mis brazos eran mis brazos", agrega. 

La repercusión de Glitch Gyals

No hay duda de que los mensajes de Glitch Gyals están teniendo un efecto. Prueba de ello es que la editorial LGTBI La Calle está preparando un libro sobre su historia. Otra es que "algunas chicas que entran en los cánones de belleza establecidos o se esfuerzan en hacerlo reaccionan con cara de asombro cuando ven a LaPili bailar y cantar, como si fuera de otro planeta", cuenta JirafaRey al recordar una situación que ni él ni su prima saben si calificar de buena o mala. Aunque, al final, si a alguien le sorprende ver en un escenario a una mujer como LaPili, es su problema porque no ha querido darse cuenta de que todos podemos hacer lo que queramos.

De hecho, más que los gestos de aprobación o rechazo, lo que realmente les importa es el feedback que están recibiendo de un incontable número de personas que han encontrado desde alegría hasta empoderamiento en sus canciones. “Lo que más me emociona es que los adolescentes con los que trabajo me dicen que les ayudan mucho para sentirse identificados y sentirse bien”, cuenta LaPili dejando claro que seguirán protagonizando “todo este verano” sus performances en escenarios de nuestro país y con otras siete canciones que tienen pensadas. Primero fue Cómeme el donut, después Muslona y ahora, ¿qué nos espera? Sin duda será algo con la que muchos podremos volver a sentir nuestro derecho a ser lo que nos de la gana. Y ahora, es nuestro momento.