Los increíbles beneficios de ir al museo más a menudo

No es solo cuestión de adquirir conocimiento: una mayor paz mental viene de la mano

Las cosas claras: por más que quieras dártelas de intelectualmente inquietx, con menor o mayor verdad, las visitas a los museos no son tu actividad de ocio favorito. Es bastante probable que prefieras devorar algunos episodios de la serie de moda, sumergirte en una buena novela o empaparte de fiesta. No es una prioridad y por eso terminas procrastinando las quedadas para ir a todos esos museos que te despiertan curiosidad. Es normal. Sin embargo, y según una investigación liderada por la psicóloga Katherine Cotter, de la Universidad de Pensilvania, deberías hacer un esfuerzo. No por tu nivel cultural: por tu salud mental.

Beneficios para ti y tu salud mental

Publicado en el Journal of Positive Psychology, el estudio de Cotter y su equipo demuestra que las visitas a los museos proporcionan tres beneficios principales, el primero de los cuales es bastante obvio: salvo que vayas a un museo de una temática que te interese tan poco como un brócoli a las ocho de la mañana, es una experiencia bastante gratificante. En palabras de Mark Traves, psicólogo estadounidense que divulga la investigación de Cotter a través del medio especializado Psychology Today, “visitar museos de arte estimula emociones positivas, promueve sentimientos de compromiso, lo que resulta en una mejor calidad de vida”.

El segundo beneficio tiene que ver con el cortisol, una hormona esteroidea relacionada con los síntomas del estrés. Al parecer, las conclusiones de la investigación apuntan a una disminución inmediata en la producción de esta sustancia química en el organismo durante la contemplación de arte en los museos. De alguna forma, tu mente entra en un estado profundo de tranquilidad. Uno muy poco frecuente en tu vida, siempre llena de responsabilidades y de prisas. Y uno muy importante: el estrés crónico entorpece el sistema inmune, aumenta la presión arterial, aumenta la probabilidad de sufrir diabetes y te acerca a la depresión.

Evitan la soledad y potencian la reflexión

Por último, y como si no fuera ya suficiente, las visitas a los museos combaten el aislamiento. En palabras de Traves, “tanto las obras de arte como los otros visitantes del museo pueden hacernos sentir conectados y menos aislados” e “incluso puede conducir a la construcción de comunidades de ideas afines”. Muchas veces el problema del ocio de pantalla no son tanto las pantallas como el hecho de que sueles disfrutarlo a solas. El scrolling en TikTok, los vídeos de Youtube en el móvil o las series metidx en tu habitación. Aunque te resistas a creerlo, eres una criatura social y tu estado de ánimo depende de sentirte rodeadx.

Además, la autora principal del estudio cree que existen otros dos motivos más para visitar museos con más frecuencia. Por un lado, el hecho de que te hacen sentir inmerso, lo cual, según la propia Cotter, provoca que “aumenten nuestras emociones y nos sintamos un poco más vivos”. Por otro lado, el hecho de que los museos potencian el pensamiento reflexivo. “Debido a que podemos desconectar un poco del mundo exterior, nuestras mentes pueden recorrer nuevos caminos y ayudarnos a obtener nuevas perspectivas”. Del universo, de la existencia, de tu propia vida y de lo que estás haciendo con ella. Y eso nunca viene mal.