Se agradece que la gente le eche gracia a las historias. Total, creo que ninguno de nosotros estamos tan apegados a la realidad como para quererla tal y como es. Pero, ¿qué pasa con esa gente que cuando te hablan asientes, pero no te crees una sola palabra de lo que dicen? ¿Qué pasa con esos? ¿Qué pasa con sus fantasmadas? Personalmente, ese tono cansino de sus relatos épicos me agota. Aunque, debo admitirlo, al mismo tiempo me resulta fascinante escucharles.
Todo cogido con pinzas, por supuesto, porque me creo una de cada dos letras que pronuncian. Preferiblemente, las vocales, que suenan mejor. Tengo un máster en reconocerlos y sé que de cada historia puedo extraer un porcentaje del 20% de realidad, frente al 80% de fantasmada. Hay muchas señales de alerta, y os podemos enseñar algunas por si vuestro detector está un poco despistado en esta doctrina y os han colado cosas del tipo que Daft Punk una vez vino a dar un concierto secreto del cual tu amigo of course se enteró, pero al que, mira tú que casualidad, no pudo ir.
‘Fanstasmadas’ de la vida cotidiana
El día a día es aburrido, por eso estas personas le echan un poco de salsa al hablar sobre él. Dígase, por ejemplo, de quien, en una conversación en la que tú le estás explicando que esta semana estás teniendo mucho trabajo, él o ella siempre te va a ganar. Porque, si tú hoy no has podido ir a comer por quedarte haciendo faena, este individuo lleva toda la semana saliendo casi a las 11 de la noche y entrando una hora antes.
Que digo a las 11, ¡a la una! Así es más dramático, porque no hay transporte público. En fin, la realidad seguramente sea que a cualquiera de esas horas estaba en su sofá viendo Gran Hermano VIP, pero qué se le va a hacer. Al menos, se ha quedado a gusto.
‘Fantasmadas’ nivel cualquier tiempo pasado nos parece mejor
Otro ejemplo de cómo traducir el lenguaje fantasmal a la vida real: "¡El Primavera Sound antes sí que me molaba, cuando se hacía en el Poble Espanyol en vez de en el Fórum!", comenta el susodicho fantasma. En realidad, cuando el Primavera Sound se hacía en el Poble Español yo tenía 11 años, así que estaba en mi casa viendo Pokémon y no en un concierto de los Pixies. Pero he escuchado a alguien decir que molaba. Y me sirve, así que os la cuelo y tan pancho.
‘Fantasmadas’ y cotilleos: tal para cuál
Coge dos datos, no importa si son reales o recientes, y conviértelos en una historia que puedas contar durante años: esa es la base de cotillear. Un ejemplo: Hace dos años alguien que conoces, vamos a ponerle de nombre “x”, te contó que su amigo llamado “y” le había explicado que tenía problemas con su pareja porque se enfadaron una noche en una discoteca.
De ahí tu extraes todo un análisis de la situación y conviertes, literalmente, cinco palabras en la historia de una crisis, romance y reconciliación, de tal manera que si actualmente te preguntan por “y”, puedes mantener una conversación sobre su vida personal de más de 15 minutos. Si lo haces bien, incluso podrías llegar a guionista del Sálvame Deluxe.
‘Fantasmadas’ in love: el plato estrella
Adornar su vida amorosa/sexual es el máximo placer del amigo fantasma. “Que sí, que te tiró los trastos aquella noche. Claro, que no te fuiste a su casa porque no quisiste. Por supuesto, si la cosa no ha ido a más ha sido porque no has dado pie a ello”. Todo esto son respuestas arquetipo a afirmaciones clásicas de tu colega fantasma, ese o esa a la que absolutamente todos le van detrás, día, noche, llueva o nieve, de aquí hasta Invernalia si hace falta.
Reconócelo, yo tengo a un amigo fantasma y tú tienes un amigo fantasma. Es así, todos tenemos a un amigo fantasma en nuestra vida y le queremos igual. Pero, ojo, piensa que si no lo tienes es porque seguramente lo seas tú.