Los descubrimientos científicos son responsables de buena parte del progreso de la humanidad. Se reciben con entusiasmo. Incluso aunque solo sean pequeños escaloncitos de inmensas escaleras que esperamos coronar algún día. Pero hay algunos muy especiales, algunos que surgen cada determinado tiempo, que producen tanta admiración como preocupación. Incluso terror en ocasiones. Y humanidad, llevado a cabo por un equipo de investigación de la Universidad de Texas, es uno de ellos: ha diseñado un algoritmo capaz de leer tu pensamiento.
Sí, como lo has oído. No hay truco. En concreto, y como explican desde El Confidencial, se trata de "un algoritmo que procesa y decodifica las palabras que escucha y piensa una persona mientras está siendo sometido a una resonancia magnética funcional". O dicho con otras palabras: el algoritmo recibe tus señales eléctricas cerebrales en tiempo real y las traduce a palabras. En ese sentido, y como cualquier otra inteligencia artificial, cuantas más mentes lea más preciso se volverá en la decodificación de las señales al lenguaje humano. Tiene que aprender.
¿No es increíble? ¿No es horrible? Piensa en un futuro en el que los gobiernos tiránicos tuvieran una tecnología así y la utilizaran para el control de la población. O en el que las empresas la explotaran para meterse en la cabeza de la gente y manipularlas más eficazmente a través de la publicidad o el marketing. Sería la destrucción de tu última barrera de privacidad. La caída del último reducto de libertad. Se apoderarían de tus pensamientos. Sabrían quién eres en realidad. Qué deseos albergas. Qué opiniones escondes. Suena horrible, la verdad.
Una tecnología que necesita práctica
No obstante, no es una preocupación que debas tener en este momento. Tal como cuentan desde este mismo medio, "el software necesita horas y horas de análisis cerebral antes de poder descifrar lo que una persona piensa en cada momento, por lo que parece que queda lejos el momento en el que esta herramienta se pueda usar de una manera eficaz y fiable". En cierto sentido, este descubrimiento es solo una pequeña semillita que podría florecer en el futuro. La complejidad de tu mente escapa por ahora de las garras de la tecnología.
Además, también hay que tener en cuenta el lado positivo de todo esto. Si la tecnología se perfecciona, si alcanza un nivel de competencia extraordinario, podría servir para "el desarrollo de aplicaciones que sirvan de interfaz entre las mentes y los ordenadores", según indica el neurocientífico japonés Yukiyasu Kamitami, algunas de las cuales podrían ayudar a personas con problemas del habla a relacionarse más eficazmente con el entorno. Al final, las tecnologías no son buenas o malas. Son. Todo depende del uso que se les den.