8 documentales en los que la realidad te dará una cruda bofetada

8 historias volcadas en documentales en los que la realidad te dará una terrible bofetada en la cara. Después de esto, el mundo no volverá a parecerte igual

Todos estos documentales tienen algo en común: te ponen el ánimo del revés. Te obligan a pasear después de sentarte frente a sus historias para recomponer los colores que, quieras o no, perderá tu concepción de la realidad. Plataformas como Netflix o Youtube recogen alguna de estas historias imprescindibles que son mejor que el cine y te harán cambiar la visión del mundo que tenías antes de conocer a sus protagonistas. Coge aire, toma asiento y deja que estos cine empiecen a incomodarte. Créenos, valdrá la pena.

1. Tickled

Todo empieza con los vídeos de un inocente campeonato de cosquillas organizado por la compañía Jane O'Brien Media, protagonizados por hombres perfectamente equipados con su ropa de Adidas como si fueran a participar en las Olimpiadas. Solo era una frikada más de las que el periodista neozelandés —y director del documental— David Farrier habla en su programa de televisión. Sin embargo, aunque la punta del iceberg son unas carcajadas peculiares, debajo del agua hay toneladas de basura formada a base de homofobia, coacciones, extorsiones y jóvenes de barrios pobres a quienes un niño de papá decide estafar y arruinar la vida con amenazas y videos no autorizados. Tickled deja de provocar cosquillas en el momento en que eres consciente de que el dinero puede proteger y financiar cualquier filia sin importar a quien arrastre por el camino. 

2. Born into the brothels

Avijit, Manik, Puja, Shanti, Gour, Tapasi, Suchitra y Kochi son los nombres de los protagonistas de Born into Brothels "Los Niños del Barrio Rojo", en su traducción al castellano, un documental del año 2004 que obtuvo, entre otros galardones, el Óscar al Mejor Documental o el premio del público en el Festival de Sundance. Este documental, dirigido por la fotógrafa Zana Briski y Ross Kauffman, viaja hasta el Barrio Rojo de Calcuta para retratar la vida de las prostitutas muchas de ellas menores de edad, que emplean su cuerpo para poder sobrevivir dentro de la miseria. Durante la grabación de la que iba a ser la historia principal, la directora conoce a los hijos de estas mujeres y se crea un vínculo especial. Briski les enseñará fotografía, poniendo en las manos de esos niños la posibilidad de dar testimonio de su realidad a través de unas cámaras que inmortalicen lo que deseen. Un documental que ayuda a focalizar la mirada y despertar sensibilidades ante un drama del que nos separan muchos kilómetros.

3. I am Jane Doe

Asco. Sin duda es la palabra que más se te repetirá en el cerebro durante y después de ver este documental. Jane Doe es el nombre que se aplica a las mujeres que durante acciones o discusiones legales quieren preservar su anonimato. En este documental, hay cientos de ellas. Las protagonistas quieren guardar su identidad —que no sus rostros— tras unas siglas que no restan impacto al relato de cómo fueron esclavas sexuales en un web de anuncios por palabras. Año 2009. Comienza la narración de unas niñas de 13-15 años que son secuestradas, drogadas, violadas y vendidas para que quienes quieran, compren unas horas de sexo con ellas. La plataforma donde las madres localizaron las imágenes de sus hijas desparecidas es la gigante americana Backpage.com.

Cuando estalló la noticia con la denuncia de la primera joven, se iniciaron una serie de juicios y demandas en las que los responsables de la plataforma alegaban que ellos no eran responsables del contenido que subirán terceros, aunque se tratara de tráfico sexual de menores. Y un pequeño punto de la ley, les protege. En 2017 continúa la batalla legal de estas jóvenes y sus familias, que a pesar de demostrar el abuso sexual que se cometió contra ellas, deben pelear porque sus derechos prevalezcan por encima de la libertad de expresión en Internet.

4. The Cove y Blackfish

Entre los documentales que giran en torno a los animales, dos de los más duros son The Cove y Blackfish. El primero describe a través de un grupo de activistas capitaneados por Rick O´Barry el atroz modo en que se lleva a cabo la caza anual de delfines en el Parque Nacional de Taiji, en Japón. Los delfines que están realizando la migración son acorralados en una ensenada escondida, donde son atrapados con redes y asesinados de un modo primitivo y cruel. El ser humano es una máquina de destrucción, empezando con los seres de otras especies. Este ejemplo levanta las tripas.

El segundo provoca que desprecies cualquier espectáculo con animales por lo innecesario de su encierro y las condiciones humillantes y antinaturales en que se mantiene a las distintas especies con el único objetivo de ganar dinero. El documental parte de la historia de Tilikum, una orca que provocó la muerte de tres personas. Los motivos de semejante comportamiento violento en esta y otras orcas son, según los expertos que se consultan en el documental, el estrés y sufrimiento que padecen animales tan inteligentes obligados a separarse de sus grupos familiares y vivir sin libertad.

5. The Keepers

"¿Ves lo que pasa cuando dices cosas malas de las personas?". Así le presentó el padre Maskell a Jean el cuerpo inerte de su profesora, la hermana Cathy Cesnik, para amenazarla y que mantuviera los labios sellados. Y lo consiguió, durante 20 años. The Keepers es un documental compuesto por siete capítulos que nace de la investigación del secuestro y asesinato de una joven monja en 1969. Décadas después, ese crimen sin resolver se sacude el polvo gracias a la labor de investigación de dos ex-alumnas del Instituto Keough, donde la muerte de su antigua profesora no fue más que una pieza en un juego donde la archidiócesis de Baltimore, el cuerpo de policía y una red de abusos de menores son los hilos más escalofriantes de los que tirarán. Aunque en algunos capítulos la historia se haga pesada por la repetición de argumentos, Ryan White dirige un documento visual donde la Iglesia Católica vuelve a convertirse en un nido de perversión y silencios.

6. La Isla de las Flores

Bastan 13 minutos para recibir la bofetada con este cortometraje de 1989. En "La Isla de las Flores" lo primero que te obliga a tensarte es el discurso inicial: "Esto no es ficción. Es un lugar llamado La Isla de las Flores. Dios no existe". Y, a continuación, nos vamos hasta una plantación de tomates para conocer al señor Suzuki. Este documental dirigido por el brasileño Jorge Frutado consiste en una sucesión de imágenes ‘vomitadas’ sin aparente cohesión, con un discurso irónico y punzante que las empieza a vincular y nos lleva hasta una crítica contundente y original del capitalismo.

7. The Act of Killing

En 1965 el gobierno de Indonesia masacró a más de medio millón de supuestos comunistas, ciudadanos de etnias chinas, opositores al gobierno e intelectuales. Joshua Oppenheimer, director de The Act of Killing quería hacer un documental sobre estas ejecuciones y sus verdugos, que vivía tranquilos entre la población. El método que utilizó para garantizarse la seguridad y viabilidad el proyecto fue enfocarlo desde la mirada de los asesinos, sin que participaran grupos de derechos humanos o supervivientes. Anwar Congo y sus secuaces hablan en el documental de sus asesinatos, las técnicas que usaban para matar y lo hacen sin atisbo de remordimiento. El modo en que los verdugos narran sus crímenes roza el cine freak, crees estar viendo una comedia en lugar de la recreación de un capítulo de la historia asiática bañado en sangre. Risa y estupor a través del mismo documental, una pieza audiovisual digna de conocer.

8. The Wolfpack

Este documental rebaja la tragedia que desprenden los antes mencionados. Este documental está aquí porque genera controversia. Hay quien ve drama y quien ve una manera lícita de proteger a tu familia. The Wolfpack es el reflejo del daño que provoca llevar al extremo la sobreprotección de unos hijos. Es el ejemplo de que apartar a unos niños de la vida en sociedad —por muy corrompida que esté— no es la solución. Los hermanos Angulo viven 14 años sin apenas contacto con el exterior en un apartamento de Manhattan donde la vida ajena a aquellas paredes les llega a través de las películas que recrean como juego y evasión.

La directora Crystal Moselle se topó con estos jóvenes por casualidad y durante 4 años trabajó en su historia. The Wolfpack genera tristeza por una infancia robada adrede por miedo al exterior. La reclusión de estos hermanos fue una decisión topada por un padres que dejaron sin libertad a sus propios hijos. Pero también tiene una carga de esperanza inmensa, por la capacidad de supervivencia intelectual de unos jóvenes que encontraron en la cultura cinematográfica una ventana al mundo que no podían tocar.

Los protagonistas de estos documentales son solo un ejemplo de historias imprescindibles. Ellos ya han gritado y compartido sus dramas, ahora queda esperar a que se movilicen conciencias, se genere ruido y el silencio que suele lapidar estas vidas quede desterrado.