7 Películas De Terror Para Acojonarte En Halloween Si No Sales De Fiesta

Si no quieres acabar en un colchón desconocido con alguien vestido de Caperucita zombi, olvídate de la fiesta y haz un trío en casa: tú con una manta y una buena peli.

¿Truco, trato o copazo? Si te cuesta decidir, quizá estés destinado a quedarte en casa este HalloweenSi no quieres acabar en un colchón desconocido con alguien vestido de Caperucita zombi, olvídate de la fiesta y haz un trío en casa: tú con una manta y una buena peli. En ese caso es mejor darse un atracón de cine de terror mítico y desconocido que tragarte a los videntes de la tele, que también acojonan lo suyo. Ponte un pijama de estilo sadomasoquista y permite que los demonios se den un festín con tu salud mental, aunque solo sea durante un rato.


El resplandor Stanley Kubrick, 1980

Kubrick supo incomodar al espectador con planos totalmente abiertos y atestados de luz. Si algo o alguien aparecía en pantalla, jamás saldría de detrás de una cortina. El peligro se manifestaría sin miramientos. Así se diseña el mejor terror. El asunto se salía de madre con la irrupción de fenómenos e imágenes inexplicables, un niño con un sexto sentido 2.0, ensoñaciones y niñas muertas. Si al mejunje le añadimos una casa encantada, guiños de la llegada del hombre a la Luna y un Jack Nicholson mangoneado por un grupo de espíritus, el cóctel psicológico resulta idóneo para ser comercializado en Ámsterdam. Nunca te fíes de una peli en la que un niño habla con su propio dedo índice.

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The Ring El círculo Hideo Nakata, 1998

El cine asiático triunfa en el diseño de panoramas desquiciadores. Es allí donde suelen levantar su edificio estrella: el terror psicológico. El remake americano fue una versión bastante potable, pero el J-horror terror japonés es el que corta el buen bacalao.

Las cintas de vídeo que visionan los protagonistas no son el producto más ameno para un sábado por la tarde. De hecho, ni Dalí se hubiera tragado semejante retahíla de imágenes chungas pozos, caballos, moscas.... Prueba suerte con este film y su adorable niña endemoniada, pero intenta no estar en casa cuando suene el teléfono.

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La cueva Alfredo Montero, 2012

Asfixiante, perturbadora, claustrofóbica... Así es esta cinta española que busca arruinar los planes vacacionales de cualquier mochilero. La historia se desarrolla en Formentera, un espacio paradisíaco en el que abrir la cerveza de turno y vivir la vida loca en su playa. Sin embargo, al director Alfredo Montero le debió dejar su novia allí, porque ahora quiere joder la vida de todos sus turistas. Y es que, de golpe y porrazo, cinco amigos que buscan aventuras en dicho Edén se quedan atrapados en una cueva virgen... sin provisiones, por supuesto.


La profecía Richard Donner, 1976

El cine clásico cuenta con esta magna pieza demoníaca que deja cualquier saga a la altura del betún. No hacen falta grandes efectos, sangre o descuartizamientos para ponerte el corazón al borde de un infarto. Gregory Peck es el actor que encarna a un padre habilidoso en las tretas más escabrosas, siempre con fines benévolos. Cuando sustituye a su bebé muerto por otro, el mal se cierne sobre la familia. Sería conveniente no destripar los detalles más interesantes, pero digamos que no es lo más divertido adoptar al Anticristo, de nombre Damien.

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La niebla Frank Darabont, 2007. Novela: Stephen King

Al acabar el visionado, la gente siempre se pregunta lo mismo: ¿¡por qué, Stephen!? Tendrás que sufrir las maldades de una niebla que se carga todo bicho viviente que encuentra a su paso. Después de una tormenta imprevista, esta nube de gas molecular se deposita en un pequeño pueblo de Maine, desatando la locura y el "sálvese quien pueda". Mientras la niebla penetra hasta en tu cerebelo, podrás asistir a una crítica social por parte del autor, que aprovecha el viaje apocalíptico para ponerte las pilas. Después, quizá te cagues en sus muertos.

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Lo Travis Betz, 2009

Una pieza desconocida y valiosa, perfecta para salirse de la norma cinematográfica. La puesta en escena se asemeja a la de una obra de teatro, si no fuera por la presencia de un demonio asqueroso. Este sujeto de extraña naturaleza es Lo, invocado previamente por el protagonista tras el rapto de su chica por otro demonio. Entre ritos de dudosa procedencia y números musicales bizarros, la historia circula por una senda sinuosa y electrizante. Si te sientes raro al verla, vas por buen camino, pero deja espacio para descojonarte y acojonarte. Sí, ambos.


Babadook Jennifer Kent, 2014

Hay muchos tipos de fantasmas: los que duermen en cualquier sótano y los que se disfrazan de traumas, llegados desde el pasado para soplarte en la nuca de por vida. En esta pieza australiana, ambas clases de ectoplasma conviven con la pretensión de atormentar a una madre y a un hijo que, además, deben lidiar con el reciente fallecimiento del padre. Los niños suelen decir la verdad, a no ser que hayan metido la pata, y si el pequeño de esta casa se obsesiona con un tal Mister Babadook, más vale hacerle caso antes de que los cuadros se pongan del revés.

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