Plantéalo así: fuera típicos chulos de playa que marcan paquete, fuera familias enteras con neveras de picnic y varios niños haciendo castillos de arena, fuera que se te pegue la sal en el cuerpo como si fuera cemento. Fuera todo lo que no sea vestirse con lo justo, ladear la cabeza para que tus ojos solo disfruten de la vista al mar y fuera las obligaciones que oprimen. Esto es el verano y estamos aquí para disfrutarlo al lado de estos mágicos chiringuitos que solo pueden darnos la vida.
1. Oli-ba-ba, la Isla de Pascua valenciana

Si te viene mal cruzarte medio planeta hasta la Isla de Pascua, en Valencia encontrarás un chiringuito ambientado en esta famosa isla chilena. Apunta las coordenadas: en la playa de Oliva podrás tomarte un mojito o un daiquiri bajo la sombra de dos enormes moais que miran hacia el mar. La estampa impacta aún más cuando cae la noche y los dueños encienden varias hogueras alrededor de las estatuas. El local adquiere solemnidad y misterio. Pura magia.
2. ZM, la joya del Mar Menor en La Manga

Este chiringuito –que se esconce en la Isla del Ciervo de La Manga– es uno de los destinos preferidos para los amantes del kitesurf. Se encuentra en una península que es una de las más meridionales del Mar Menor y en la que sopla el viento con bastante fuerza. Pero también es un lugar perfecto para aquellos que buscan una buena puesta de sol. En ese caso, tomate un copa, relájate y disfruta. ¡Empieza el espectáculo!
3. El Chiringuito de Ibiza, la pureza del blanco

Blanco impoluto como le gustaba al mismísimo John Lennon. Este chiringuito ibicenco –que está en Es Cavallet- es tranquilo, de estilo rústico pero hippie, con sombrillas de caña y hamacas blancas, en el que escuchar música chill-out, con la brisa marinera pitiusa de cara y con increíbles vistas al mar. Tiene un toque cool y chic que, sin embargo, no se refleja en los precios.
4. El Dorado, la meca del surf en Cádiz

¿Te va el rollo surfero? ¿Te gusta el tequila? Pues aquí serás feliz. En Vejer de la Frontera, Cádiz, encontrarás una cantina mexicana a pie de playa. El local está formado por varias cabañas de colores muy intensos en las que podrás hacer lo que te dé la gana, y más aún si bebes demasiado tequila. No te dejes engañar por las apariencias. Es un chiringuito en toda regla, pero con aires mexicanos y mucho encanto. ¡Ah! Y de aperitivo no esperes cacahuetes, ellos son más de nachos con guacamole.
5. Muy familiar, Saint Tropez - Los Mellizos en Benalmádena

En pleno paseo marítimo de Benalmádena, concretamente en la playa de Santa Ana, Saint Tropez - Los Mellizos se parece más al típico chiringuito de costa. Preparan espetos, parrilladas, arroces y pescados frescos. Y no son nuevos, llevan dando de comer desde el años 1978. Este local malagueño es muy auténtico teniendo en cuenta que ha sabido reinventarse a pesar de paso de los año y hoy en día sigue siendo todo un éxito.
6. El chiringuito Playa Luanco, el secreto del Cantábrico

Asturias es única. Mar y montaña. Prados y playas. Verde y azul. Si lo que te apetece este verano es disfrutar de una buena sidra bien tirada mirando al mar, Playa Luanco no te va a decepcionar. Es de estilo marinero pero con toques vintage y, sin desvelarte mucho más, te diré que por ejemplo las bombillas se convierten en jarrones. Además cuenta con una enorme colección de botellas y tarros antiguos, que podrían ser piezas de museo. Es muy auténtico.
7. S'Embat, el chiringuito de la Playa de Ses Covetes Mallorca

Se puede decir que el chiringuito que hay en la Playa de Ses Covetes es uno de los más hippies de Baleares. Además de ser un lugar de reunión habitual para los autóctonos, es un imán para los turistas. Allí uno sabe como entra pero no cómo sale. Y es que tomarse un Gin Xoriguer la ginebra tradicional de Menorca con música en directo y mirando al mar, no tiene precio. ¡Déjate llevar!