Cuando escuchamos el nombre de David Muñoz, Sergi Arola, Martín Berasategui o Jordi Cruz, pensamos en alta cocina y Estrellas Michelin. Sí, todos tienen un restaurante estrellado y la comida que hacen está riquísima. Pero hay otros tantos locales menos conocidos -muchos en el anonimato-, que son merecedoras de este reconocimiento y que todos los años pasan desapercibidos. Por eso, ahí va nuestro homenaje a algunos de esos locales que son mucho más baratos, en los que se come de maravilla y que a día de hoy nadie ha reparado en ellos aun a riesgo de que, después de este artículo, se abarroten. Pero por ti, lo que sea.
Sr. Ito, Madrid

Gresca, Barcelona

Rafa Peña es uno de los eternos aspirantes a conseguir una Estrella Michelin por su destreza y originalidad en los fogones. Dicen los clientes que cada bocado de su cocina es como estar en el séptimo cielo y, aunque para muchos el restaurante La Gresca sea de los mejores de la capital catalana, el hecho de que aún no sea tan conocido beneficia sobre todo a nuestros bolsillos. Muy recomendable su crujiente de parmesano y pimentón, el curry de verduras con cigalas, los espárragos con raíz de perejil y queso comté o el pichón con jengibre. Te llevarás el sabor a casa y querrás volver.
El Botero, Toledo

Comer es un placer y en El Botero, esa máxima la cumplen al pie de la letra. Su jefe de cocina, Roberto Garrido, ha conseguido que este local sea una referencia culinaria en la ciudad, con originales recetas capaces de activar las papilas gustativas de cualquiera. Desde luego su lema es una auténtica declaración de intenciones: “Entre la vida y la muerte, está la comida”. No te pierdas su tortilla sorda del Sacromonte –que curiosamente lleva oreja-, sus croquetas de rabo de toro, su carbón de bacalao noruego y, como guinda final, su increíble tarta de zanahoria con crema de Baileys. Comida de la tierra por menos de 30€.
La Salita, Valencia

No todo es paella en Valencia. Hay vida más allá de los arroces clásicos y un buen ejemplo de ello es el restaurante La Salita de la chef Begoña Rodrigo. Sí, si os suena su nombre es porque ganó la primera edición del programa de televisión Top Chef. Y aunque parece que el mundo de las Estrellas Michelin está copado por hombres, Begoña es una de las aspirantes que podría conseguirla en los próximos años. Sus platos estrella arrebatan corazones: tiara de salazones y encurtidos, jugo de manitas, espárrago triguero y pato, tartar de pastrami con helado de mostaza o arroz de plancton marino y ali oli de cítricos. El restaurante ofrece menús degustación, pero también podrás pedir a la carta para que te salga más económico.
Blanco, Cangas del Narcea Asturias

Blanco es un pequeño local con pinta de tasca tradicional y en el que siempre hay cosas nuevas que probar. El responsable de que todo esté para chuparse los dedos es Pepe Ron, un joven con ganas de comerse el mundo y que se impone sin problemas en el mundo gastronómico. Imprescindible probar los garbanzos con chipirones y langostinos, el bacalao confitado con jugo intenso de bogavante y verduritas saltadas al wok y, ya que está en Asturias, los cachopinos de jabalí con reducción de Oporto y compota de manzana. Pese a estar alejado de las rutas habituales de turismo, este local ha conseguido posicionarse como uno de los mejores restaurantes de Asturias gracias a su cocina creativa y de calidad.