Ser protagonista ya no está de moda. Lejos quedan esos tiempos donde los jóvenes soñábamos con ser un Rick Grimes o un Jack Shepard. El papel de líder está en plena caída y una posible razón es la asociación de algunos valores que conllevan serlo: codicia, narcisismo e imposición de ideas entre otros.
Preferimos aportaciones más reducidas pero decisivas. Cortita y al pie. Con cierto protagonismo, pero sin pasarse. Con rasgos característicos que le hagan inconfundible. Queremos ser ellos:
Tyron Lannister Juego de Tronos
No descubrimos nada si decimos que el tercer hijo de los Lannister es el personaje más querido de la serie. Una alternativa al discurso tosco y antiguo de Roca Casterly, el toque sarcástico e inteligente en un mundo dominado por la guerra, la muerte y la sed de venganza.
Es algo así como el Podemos de Juego de Tronos pero con un afición desmedida por las prostitutas y el alcohol. Puede parecer mezquino y vicioso, pero resulta ser enamoradizo y con un gran sentido de la estrategia. Su condición física y su corazón hacen que la audiencia empatice con él.
Jesse Pinkman Breaking Bad
Querer a Mr. Pinkman es un proceso largo que requiere seguramente de una pequeña dosis de odio en algún momento. La evolución del personaje a lo largo de la serie es brutal. Jesse se ve sometido a constantes contradicciones morales, y el peligro que le acecha proviene más de la inconsciencia que no de la maldad.
Pasa de parecerte alguien mugriento a querer abrazarlo cuando sufre.
Barney Stinson Cómo conocí a vuestra madre
Posiblemente, uno de los personajes más emblemáticos de las últimas décadas. Todo hombre ha querido ser Barney Stinson al menos una noche en su vida. Aplicar su irreverencia, su playbook, sus trucos... y que te salga bien. Seguramente esto ocurre porque el personaje es una plasmación del subconsciente masculino llevado al extremo más transgresor y promiscuo.
La popularidad de Barney supera a la del protagonista de la serie y hará que nunca más veas los trajes como una simple pieza de ropa. Suite up!
Ari Gold El Séquito
De los personajes más infravalorados que recuerdo. Cada aportación suya es una genialidad. Ari Gold es un agente de Hollywood carente de escrúpulos, obseso de su trabajo y seguramente uno de los peores enemigos que se puedan tener.
Es un personaje incapaz de contenerse cuando se enoja. No hay nada que le ponga más nervioso que la incompetencia sobre todo la de aquellos que trabajan con él y para él, y lo hace plausible gracias a un gran abanico de insultos y humillaciones que le hacen ser temido por cualquiera.
El conserje Scrubs
Nadie hizo tanto con tan poco. Ni siquiera sabemos su nombre. Hay episodios donde tan solo sale una escena, no llega a ni un minuto, pero ya vale la pena. Su espontaneidad y su falta de cordura son sus principales baluartes. Te deja en fuera de juego con comentarios que no vienen a santo de nada y reflexiones vitales rocambolescas.
No juega un papel principal en el devenir del desarrollo de la serie, pero sin él, Scrubs no sería tan grande como es.