Hay días en que todo lo que le pides a la vida es una buena comedia que te saque siete risas y compense una tarde de mierda. Otros días en que necesitas desesperadamente un drama con el que llorar y salir del vacío emocional en el que te encuentras. Y otros días en los que quieres que tus neuronas exploten como una gran supernova en el espacio. Tramas inexplicables, guiones cuánticos y giros argumentales con los que solo quede flipar y decir "pero qué acaba de pasar". Aquí van cinco películas perfectas para esos días.
1. Coherence
Coherence, del director estadounidense James Ward Byrkit, es una película engañosa: todo comienza con una reunión de amigxs en una plácida casa. La misma que podrías tener tú con tus colegas un sábado noche. Sin embargo, aquí ocurre algo especial y es que un cometa que está pasando muy cerquita de la Tierra provoca ciertas alteraciones físicas que descontrolan la realidad. La historia empieza a desmadrarse de una forma muy loca. Es una de esas películas que tienes que ver dos veces para advertir cada mínimo detalle.
2. Clímax
Las buenas historias necesitan ser coherentes internamente. Que tú percibas como un suceso da paso a otro suceso de manera lógica. Pero hay relatos que consiguen ser buenos desde el caos y la incomprensión: unxs jóvenes bailarinxs que celebran una fiesta, tan felices y amistosos, inician un descenso progresivo hacia la locura. Gaspar Noé, director de la cinta, dirige con maestría unas secuencias finales que te dejarán totalmente roto y sin respiración. Realmente es un clímax cinematográfico. Y no decimos más para mantener la magia.
3. Donnie Darko
Es un clásico del cine blowminding. De hecho, representa una de las más altas cotas de confusión, extrañez y misterio para los nacidos en los noventa. Aunque Donnie Darko sigue envejeciendo muy bien. Todo lo que te podemos decir de la ópera prima de Richard Kelly es que cuenta la historia de Donnie, un chico de una gran inteligencia que comienza a sufrir alucinaciones. Prepárate para moverte entre realidades de la mano de de un inquietante conejo gigante y acompañar a Donnie en su misión de evitar el apocalipsis.
4. Shutter Island
Coherence tiene la complejidad de la mecánica cuántica de su lado. Clímax posee una realización lisérgica. Y Donnie Darko explota el juego de realidades. En Shutter Island, sin embargo, el estallido cerebral lo provocan unos mecanismos narrativos más mundanos pero sumamente efectivos: los giros de guion. Es más, habértelo dicho y haberte predispuesto a ellos puede disminuir un poco la intensidad de la experiencia. Pero créenos: lo vas a flipar igual. Solo esperamos que nadie te haya destripado el final. Es la clave de todo.
5. The Man from Earth
Y cerramos esta lista con la ópera magna de Richard Schenkman, una película de la que podemos explicarte muy poquito. No porque sea incomprensible. No porque sea excesivamente compleja. No porque si decimos ciertas cosas te estropeamos la experiencia. No. Simplemente porque hay poco que decir: cuenta el relato de un hombre que se despide de sus colegas confesándoles un secreto: lleva más de 14.000 años vivo. Y es cosa tuya, como de ellos, decidir si está diciendo la verdad, si sus historias son reales o un delirio. Tremenda aventura.