5 Dolorosos Descubrimientos Que Haces Cuando Dejas De Vivir Con Tus Padres

Cuando dejas de vivir con tus padres entras en un bucle de esa sensación equivalente a cuando tienes un mal copiloto en el coche y te dice cosas como: "uy, tendrías que haber cogido la salida que acabas de pasar".

Cuando dejas de vivir con tus padres entras en un bucle de esa sensación equivalente a cuando tienes un mal copiloto en el coche y te dice cosas como: "uy, tendrías que haber cogido la salida que acabas de pasar". Nos pasamos la vida sintiendo que nuestros padres nos sacan de quicio por repetirnos mil veces las mismas cosas y al final nos damos cuenta, que ni las alertas del móvil acaban siendo tan eficaces, para hacer esas cosas que o bien creíamos que se hacían solas o sencillamente dejábamos que nos las hicieran o recordaran.

1. ¿Cada cuánto se lava una toalla?

Con la misma lógica de "para qué hacer la cama si luego hay que volver a deshacerla" tú te preguntabas "para qué lavar la toalla si cuando la usas estás limpio" vale, también es un chiste viejuno. Pero claro, cuando te independizas, te preguntas por qué tu toalla ha cobrado vida y se ha vuelto sola al baño después de que tú te la dejaras enrollada en algún rincón de tu cama deshecha.

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2. ¿Cómo se llamaba mi médico?

A no ser que seas un poco hipocondríaco, ante la ausencia de esa voz al lado que te decía "que te lo vayas a mirar" probablemente, eso que empieza a doler o cada vez tiene peor color, va a ir a peor. Con la falta de la autoridad paterna, al final, tu boquitín consiste en una caja de ibuprofeno de aquella vez que enfermaste de verdad en la que también te negaste a ir al médico y ni siquiera sabes si está caducado. Así que acabarás probando si el remedio es peor que a enfermedad ya que, no te vas a encontrar con nadie que te avise del día y la hora en la que tienes la cita con el doctor.

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3. Conocerás el sabor de la vida

En concreto el de todos los productos de supermercado que te compras en un intento de 'cocinar' ya que, en tu vida primará el hambre y la rapidez, más que la elaboración, el fuego lento y ese cuidado por la cocina casera, sana y bien hecha. No tendrás ni idea de cómo hacía tu madre el caldo pero tampoco te molestarás en leer los ingredientes del de pollo de brick que ya te compras como religión y forma de vida. Tampoco te acordarás que la cafetera se tiene que limpiar de vez en cuando y tiene piezas que hay que reponer o que al microondas y al horno, también hay que darles una pasada, así que, definitivamente, conocerás sabores que jamás te habrías imaginado.

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4. La vida te dará sorpresas

¡HOLA! Ha llegado el momento de hacer la declaración de la renta y tú que no sabías ni que había que hacerla, te has enterado porque efectivamente has recibido una llamada paterno-filial y tu reacción ha sido "Pero si ya la hice el año pasado". Así que directamente, lo que te declaras es insolvente. Y efectivamente, te lo van a acabar haciendo todo.dejas de vivir con tus padres sorpresas


5. Y sobre todo, irás a ciegas

Un día de repente, te darás cuenta de que se te habrá olvidado pagar las facturas de la luz, el agua, el gas... Y darás un brinco en el sofá y dirás "bueno, mañana lo hago", y se te olvidará otra vez, porque si algo hemos aprendido, es que ni nos repetimos ni nos acordamos tanto de los quehaceres como los padres. Así que un día, estarás en casa y de repente se te apagará la luz, pero como tampoco habrás limpiado... será mejor, así no ves lo sucia que tienes la casa.dejas de vivir con tus padres a ciegas