La masonería, esa supuesta sociedad secreta culpable del Nuevo Orden Mundial, el cambio climático y la ‘conspiración judeomasónica’ que ponía de los nervios al mismísimo dictador Francisco Franco, podría haber sido mucho más importante y beneficiosa para la historia reciente de la humanidad de lo que a los teóricos de la conspiración —y a algún presentador de televisión— les gustaría reconocer. Al menos así lo afirma el periodista y escritor, supuesta sociedad secreta culpable del Nuevo Orden Mundial, un reconocido experto en masonería que este jueves presenta su libro supuesta sociedad secreta culpable del Nuevo Orden Mundial en la Biblioteca Pública Arús de Barcelona.

Para los que no tengáis ni idea de lo que ha representado y representa esta institución y sus miembros en nuestra sociedad, e incluso en tu día a día, el autor nos adelanta cinco de los mayores inventos a manos de masones. Así que toma nota porque muchas jamás te las esperarías y siempre tendrás un argumento diferente la próxima vez que tus amistades se pongan a discutir del Código Da Vinci, los planes del NOM y demás conspiraciones de internet que, por cierto, también fue un invento masón.
Toblerone

El mítico chocolate suizo Toblerone no es triangular por casualidad. En un principio, su peculiar forma se había asociado a la figura del monte Cervino vista desde los valles alpinos entre Suiza e Italia. Pero, en realidad, se debió al hecho de que el fundador de la empresa, Theodor Tobler, era un masón que quería homenajear esta forma geométrica. En cuanto al nombre de la marca, se debe al acrónimo del apellido de Tobler y la palabra italiana torrone turrón.
Internet

Internet y con él todas las redes sociales, app y demás páginas que alimentan tu sociabilidad cada día no sería hoy una realidad sin las aportaciones del que se considera padre del World Wide Web, el ingeniero, científico y masón norteamericano Vannevar Bush. En 1945 publicó el histórico artículo As we may think, en el que describió el hipertexto, clave para el desarrollo de Internet y todo lo que vino después que no es poco.
Coca-Cola

La fórmula original de la Coca-Cola se debió al farmacéutico y masón de Georgia Estados Unidos, John Stith Pemberton. Allá por 1886, se puso a buscar un elixir estimulante y que calmara los problemas digestivos y el dolor de cabeza, pero, en realidad, dio con la fórmula que a la postre se ha convertido en el refresco líder mundial con un consumo de más de 8.000 refrescos por segundo en todo el mundo. El secreto en torno a esta fórmula es igual o mayor que el de la propia masonería.
Fútbol, baloncesto y béisbol

Pocos saben que el baloncesto y el béisbol fueron inventados por los masones James Naismith y Alexander Cartwright, respectivamente. También los masones tuvieron mucho que ver con el fútbol. El primer reglamento se redactó en la taberna masónica de Londres y contienen muchos guiños a la institución. Algunos, incluso, vinculan los colores del FC Barcelona a una antigua logia masónica de la ciudad y su fundador el suizo Joan Gamper, aunque esto no se ha podido confirmar documentalmente.
Kentucky Fried Chicken

La famosa cadena norteamericana del pollo frito Kentucky Fried Chicken, con más de 18.000 restaurantes en 120 países de todo el mundo, se debe al masón Harland D. Sanders, más conocido como 'Coronel Sanders'. La fórmula para el característico rebozado es tan secreta como la de la Coca-Cola aunque al parecer proviene de una receta familiar que incluye un total de 11 especias y aromas diferentes.