Bueno, si has llegado hasta aquí es porque ya tienes los 30 o se contonean ante ti para avisarte de que están muy cerca. Te aviso, es posible que cuando estés soplando las velas, toda tu vida pase ante tus ojos como si fuese una película. Cruzarás la línea del soy joven pero me hago adulto y cada vez será más habitual que te llamen 'señor' o 'señora' en la cola de cualquier supermercado. Nosotros creemos que, aunque ya se te hayan pasado todos los patitos, sigues pudiendo hacer todas estas cosas hasta que te dé la gana. Así que, ya cuando tú veas, le metes caña.

- Ver una y otra vez películas de Disney en vídeo VHS. Hasta que la película empieza a desgastarse. En latino, como debe ser.
- Enamorarte muy fuerte, aunque no sea correspondido.
- Ir a un Karaoke y cantarle una canción a la persona más jodidamente atractiva del local.
- Espiritismo.
- Haber tenido sexo en algún sitio público. Los baños de la facultad son públicos, pero en la playa de noche queda más romántico.
- Pasar al menos un verano viviendo en otro país o irte de Erasmus. El caso es que te desenvuelvas en otro idioma y en un lugar completamente diferente. A ratos te tirarás de los pelos, pero ya verás qué pronto te espabilas.
- Viajar solo con un cuaderno, una cámara de fotos, dinero y, a lo mejor, una petaca.
- Haberte colado en algún concierto o fiesta haciéndote pasar por VIP, camelándote al portero o entrando en un despiste de la vigilancia.
- Hacerte un tatuaje, un piercing o ambos. Es tu cuerpo, personalízalo. Lo que te reirás cuando se pase la moda y te des cuenta de que hacías un poco el primo... Ese agujero en el labio ya no lo tapas ni con masilla.

- Haber probado alguna droga. O varias. No te pases, que las carga el diablo.
- Escaparte de casa dejando la almohada tapada con la manta para que parezca que estás durmiendo. Y, a poder ser, cambiarte el pijama por el look más cañero que tengas. No se te ocurra ir a desfasar en pijama. Ya que lo haces, hazlo bien.
- Que la fiesta que estás montando en tu casa sea tan hardcore que la policía tenga que llegar para daros un aviso.
- Mezclar todos los culillos de botellas de alcohol que te quedan por casa para crear un cóctel fantástico.
- Nadar desnudo en el mar o en la piscina de tu apartamento de pueblo costero.

- Ver 5 películas seguidas en un solo día. Gracias Netflix por ponérnoslo tan fácil.
- Vivir sin internet durante algunos días.
- Ver el atardecer y el amanecer seguidos, sin haber dormido porque has pasado una noche increíble. Una de esas en las que decides que vas a montar un bar o que esa chica es el amor de tu vida aunque haga 3 horas que os conocéis.
- Probar algún juguete sexual, solo o acompañado.

- Experimentar con tu pelo. Hay que probar el platino o el azul al menos una vez en la vida.
- Gastarte todo un sueldo en el viaje de tu vida.
- Llorar en un sitio insólito, sin que nada te importase.
- Leerte un libro entero en una tarde.
- Ir al cine solo. Es la mejor experiencia que hay.
- Hacer un sinpa, o un Winona. El subidón de adrenalina equivale a cuando ibas tocando timbres y echabas a correr en tu pueblo.

- Pasar un tiempo sabático sin sentirse culpable por ello. Todo el mundo necesita una pausa de vez en cuando.
- Tener una cita a ciegas. Vale con alguien que hayas conocido por internet.
- Dejar un trabajo que no te guste. Entrar en el despacho de tu jefe, decirle que te vas y salir con una sonrisa en la cara.
- Eliminarse Whatsapp. Para siempre.
Seguramente nos olvidamos incluir más de una por el camino. ¿Cuántas te quedan a ti por tachar?