27 Razones Por Las Que Hay Que Eliminar La Cena De Amigo Invisible Para Siempre

Y es que tenemos motivos suficientes para pensar que es una quedada obligatoria que bien podría desaparecer para siempre, por un montón de razones.

Ya está aquí la Navidad y, con ella, las copiosas cenas, los encuentros familiares, las quedadas con gente que no ves durante el año, pero cuyo amor repentino por las fiestas les hace querer verte. El peso en la báscula aumenta, los compromisos también y solo disminuyen las cifras de tu número de cuenta y los fines de semana libres para hacer todo y nada. Pero, sobre todo, ya ha vuelto la época de las cenas de amigos invisibles. Esa tradición que, no sabes por qué, se repite cada año. Y es que tenemos motivos suficientes para pensar que es una quedada obligatoria que bien podría desaparecer para siempre, por un montón de razones.

1. Nunca es invisible.

2. No hay manera de ponerse de acuerdo con la fecha de la cena.

3. El grupo de Whatsapp se te peta de mensajes mientras curras porque todos están contando sus días libres y ocupados para hacer la cena.

4. Te entra ansiedad. Y lo entendemos.

5. Al final alguien se tiene que joder y cambiar un plan que tenía el día que ha salido elegido para hacerla.

6. Siempre hay un gracioso que hace la coña de "la hacemos en julio. A tomar por culo".

7. Luego se te llena el grupo de Whatsapp para decidir sitio y hora.

8. Al final, te tocará cenar en un sitio hasta arriba de gente en sus cenas de empresa y de amigos invisibles. Es decir, gritos a saco.

9. Y no te enterarás de nada durante la cena. Así que quedarás con gente para al final escuchar solo a los dos que tienes al lado.

10. Pero antes del día de la cena, se te petará el Whatsapp por el debate sobre el conflicto del límite de precio.

11. Y te encuentras ante la cifra ridícula o ante la cifra desorbitada.

12. Cuanto más mayor te haces, más suben el tope los cabrones de tus amigos.

13. Vamos, que entre la cena y el regalo no bajas de 55 euros.

14. Y toca hacer sorteo para ver a quién regalas, pero, te toque quien te toque, nunca tienes ni idea de qué coño comprarle.

15. Siempre hay un año en que se decide que los regalos sean hechos "a mano". Y todos lo acaban comprándolo en una tienda menos tú, que quedas de cutre.

16. El año en que se acuerda que sean regalos comprados, todos hacen manualidades menos tú, que quedas de soso y consumista.

17. Si el precio acordado es bajo, tú compras algo basándote en esa cifra, mientras a ti te regalan algo carísimo porque no encontraban "nada bueno tan barato". Y vuelves a quedar de cutre.

18. Porque siempre hay alguien que se pasa muchísimo de precio, dejando mal al resto. Y encima queda de estrella deseada de la noche.

19. Entonces es cuando hay miradas tipo "ojalá le toque a esta persona el año que viene. Porque quiero que me regale...".

20. Cuando eres tú el que se pasa de precio, a ti te han regalado algo súper cutre que no quieres ni para anivelar la mesa.

21. Hagas lo que hagas, es una cena con miradas incómodas.

22. Siempre hay alguien que decide regalar acompañándolo de carta sentimental y os toca escuchar a todos  al regalado leyéndola en alto. Mientras, tú piensas "que sí, que os queréis. Pero ya se lo cuentas luego, ¿no?".

23. Al final de la cena se te ocurren un montón de regalos geniales para petarlo el año que viene.

24. Pero no te engañes, se te olvidarán enseguida, y el año que viene volverás a regalar una bufanda a cuadros.

25. Te pasas toda la cena haciendo cuentas y pensando en qué órgano vas a vender para pagarla y además llegar a fin de año con pasta.

26. Siempre hay alguien que propone "hacer esto más a menudo" aunque no sea Navidad.

27. Al final nunca se hace sin que sea Navidad menos mal.