Ahora que tener una red social activa parece ser más importante que tener muchos ceros en la cuenta bancaria, contar con buenas fotografías es la clave de la alimentación del ego y la autoestima. Si vas a jugarte la vida haciéndote un selfie o vas a estar llenando la página de inicio de tus amigos con fotografías tuyas, no hagas cualquier cosa que luego vienen las burlas y los lloros.
1. Escoge un fotógrafo que no sea ciego
Intenta que vuestro retratista no convierta tu fotografía de pareja en una mamarrachada de tomo y lomo. Si tiene prisa no te hará la foto decente y si encima es incapaz de percatarse de que tu fotografía va a contar con figurantes inesperados... apaga y vámonos.

2. No nos interesa tu papada
Y a ti tampoco. Los selfies con papada, suelen realizarse en situaciones en las que en realidad esa persona debería estar haciendo otra cosa en lugar de sacarse una foto. Se hacen desde abajo y cerca, porque no quieren que el resto de los presentes vean que se están retratando. Por lo tanto, son situaciones en las que sales feo, con papada y carecen de interés.
Si sales con papada y encima sentado en el autobús o en la oficina ¿POR QUÉ TE EMPEÑAS EN MOSTRÁRSELO AL MUNDO? De todas formas, y a lo que vamos, algo que siempre funciona es estirar un poco el cuello, pero no te pases porque si lo exageras, el público LO NOTA.
3. Síndrome Peter Pan
Si tienes complejito con tus brazos o no sabes cómo posar, haz como las famosas en la alfombra roja, pon los brazos en jarra y listo. Y no te creas que es porque es la más cómoda y natural, más bien, querido amigo, es porque estiliza mucho los brazos.

4. Define tus emociones
Cara de asco, morritos, felicidad o momento living la vida haciendo el símbolo de la paz con los dedos. Pero esta tendencia del Siglo XXI de hacerlo todo a la vez solo conseguirá que tus hijos piensen que eras imbécil cuando vean fotos de tu juventud. Un consejo que puede servirte es evitar, sobre todas las cosas, poner morros de pato. Sacar los labios hacia fuera es una moda vieja y absurda que además te hace parecer un poco idiota.

5. Facilidad como premisa
Nos da igual el discurso que le suelta el personaje de Will Smith a su hijo en la película En busca de la felicidad. A no ser que cuentes con un fotógrafo profesional que se esté jugando la vida y la espalda por sacarte una foto decente, tú no te esfuerces mucho. Si es complicado déjalo. No persigas ese sueño. Ni te saldrá bien la foto ni saldrás bien parada. Si es difícil, esa foto no tiene que pasar. Por ti y por nosotros.

6. No te pases de original porfa
Porque al final, te pasarán cosas como esta chica. Posando al lado de un excremento de perro por ir de otoñal por la vida

7. No fuerces
A veces es mejor que disfrutes del momento y nos lo cuentes, que ya si eso te creeremos, a que te hagas la foto sí o sí y acabes saliendo de aquella manera.

8. Momento existencial
Si lo que quieres es parecer interesante en la fotografía, siempre puedes hacerte preguntas mentales mientras te hacen la foto. Eso creará una mirada intensa de lo más natural. "¿He apagado el gas?", "¿habré cobrado por fin?", "¿por qué me ha dejado mi ex?", son preguntas que te puedes hacer mientras te apuntan con el objetivo y te crearán una mirada profunda e intensa.

9. Si te lías, haz un Vaquerizo
Si no sabes como posar y te pierdes, haz como Mario Vaquerizo. Cruza las piernas, muérdete por dentro los mofletes para parecer más chupado y sonríe.

10. Natural como el pan bimbo
Lo más fácil, sencillo y para toda la familia al final es, posar natural, en una postura normal, con gente normal, en un escenario normal y sobre todo... SONREÍR. QUE TE ESTÁS HACIENDO UNA FOTO.