¿Podría salvar al planeta una ciudad de 10.000 millones de habitantes?

El arquitecto Liam Young ha presentado un proyecto ficción que pretende hacernos reflexionar sobre la superpoblación del planeta

No es ninguna locura pensar que la población de la Tierra podrá alcanzar los 10.000 millones de personas antes del 2050. Un éxito para la humanidad pero, al mismo tiempo, un desastre mayúsculo para el planeta. Demasiada gente en demasiados lugares presionando sin descanso sobre ecosistemas y recursos cada vez más escasos. Una mancha que se propaga por el planeta y que acabará con cualquier atisbo de naturaleza salvaje o, al menos, intacta.

Sin embargo, hay grandes mentes en el mundo que no han dejado de plantear alternativas a este inquietante porvenir. Liam Young es el último arquitecto que se ha sumado a la filosofía del “Masterplanet” de grupo Bjarke Ingels. La idea es muy simple: lograr modelos de ciudad que eviten el  impacto sobre el clima y el abuso sobre la vida animal del planeta. Y a una idea simple le sigue una solución tan increíblemente sencilla como compleja en su elaboración: una megaciudad autosuficiente y sostenible de 10.000 millones de habitantes que ocupase el 0,02% del planeta dejando al resto libre de la presencia humana.

Planet City, así se llama la surrealista propuesta de Young para crear la megaciudad que devolverá el 99,9% del planeta a su estado primigenio. “Si pudiéramos reorganizar el mundo en la proporción de las ciudades más densamente pobladas del planeta… solo ocuparíamos el espacio equivalente a un estado mediano de los Estados Unidos”, explica el arquitecto. Suena fácil pero no lo es. Para empezar, se necesitaría ocupar 221.367 kilómetros cuadrados con edificios de 165 plantas cada uno que albergarían a personas que se comunicarían en 7047 lenguajes diferentes.. 

Pero el desafío más brutal sería alimentar y generar alimento para todas esas personas. Para ello se plantarían 42.877 millones de árboles frutales, lagos y ríos artificiales para 34,2 millones de peces y 2.357 granjas de algas para filtrar la polución y generar más alimentos alternativos. Además, habría que instalar 49.445 millones de paneles solares para suministrar luz y energía a toda la ciudad sin generar impacto. Evidentemente, en 2021 esta posibilidad no deja de ser una utopía tanto a nivel tecnológico, como logístico y, sobre todo, filosófico. 

“Planet City es ciencia ficción en forma de ciudad. No pretende ser una propuesta realizable. El propósito de la propuesta es demostrar la necesidad de rediseñar las realidades de las ciudades que a día de hoy ocupan el planeta. Es un microcosmos que nos proporcionaría el espacio para retornar el planeta a los salvaje en toda su escala”, insiste Young. Aunque quizá su idea de megaciudad sea la más impactante, no es el primero en plantear soluciones radicales.

En realidad, se trata de un paso más allá a teorías como Half Earth Concept del biólogo Edward O Wilson quien proponía deshabitar la mitad del planeta para evitar la extinción masiva de especies animales y vegetales. En cualquier caso, lo que subyace a todas estas propuestas es una misma reflexión: debemos replantearnos la manera de ocupar e interactuar con nuestro planeta antes de que seamos tantos que acabemos por devastarlo. Esto unido a los cambios a gran escala que supondrá el cambio climático nos obliga a plantearnos soluciones desde ya. El único dilema es: ¿podría ser más aterradora la solución que el propio problema?