Lo mejor que puedes hacer por el planeta es dejar de consumir carne y lácteos

La carne y lácteos más ecológicos causan daños mucho mayores que los vegetales y cereales menos ecológicos

La comunidad vegana lleva mucho tiempo avisando: la industria ganadera tiene un impacto medioambiental muy destructivo Y el análisis más profundo hasta la fecha sobre el tema, del que se hace eco el diario inglés The Guardian, lo corrobora. En concreto, la investigación revela que el ganado proporciona solo el 18% de las calorías y el 37% de las proteínas que ingerimos, pero ocupa el 83% de las tierras de cultivo y produce el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero asociados a la agricultura. Una locura matemática que parece insostenible.

El estudio, publicado en la revista Science, llegó a estas conclusiones tras estudiar 40 productos alimenticios de casi 40.000 granjas de 119 países diferentes. Además, descubrieron que incluso la carne y los alimentos lácteos más ecológicos, fabricados bajo fórmulas de bajo impacto, causan daños mucho mayores a nivel medioambiental que el cultivo de los vegetales y cereales menos ecológicos. Por eso, dicen los científicos responsables del estudio, la mejor manera de ayudar al planeta es dejando de comer carne y productos lácteos.

"Una dieta vegana es probablemente la mejor forma de reducir su impacto en el planeta Tierra, no solo los gases de efecto invernadero, sino la acidificación global, la eutrofización, el uso de la tierra y el uso del agua. Es mucho mejor que reducir los vuelos que haces o que comprar un coche eléctrico", ha explicado a The Guardian el investigador medioambiental Joseph Poore, de la Universidad de Oxford. De esta forma, no solo se salvarían grandes áreas silvestres, causa de la actual extinción masiva de muchas especies, sino que podría alimentarse a todo el planeta.

Según estima el estudio, bastaría con que la mitad menos ecológica de produccion de carne y lácteos se reemplazara por alimentos de origen vegetal para conseguir dos tercios de los beneficios que tendría deshacerse de toda la producción de carne y lácteos. El camino, por tanto, es reducir directamente el consumo de productos animales. Y, como ha declarado el investigador, "la pregunta es cuánto podemos reducir y la respuesta es mucho, ya que estos impactos no son necesarios para mantener nuestra forma de vida actual". Comamos sano, pero sobre todo comamos con responsabilidad.