Este padre condena la masculinidad tóxica que oprime a su hijo por pintarse las uñas

"Le dije que no importa lo que haga nadie más, ya que lo que vistes y cómo luces debe hacerte sentir bien a ti mismo. Y al infierno con todos los demás"

Aaron Gouveia es un periodista estadounidense que cuenta divertidas anécdotas de sus hijos en su cuenta de Twitter @DaddyFiles. Pero la que posteó el pasado martes en un extenso y emotivo @DaddyFiles no tiene nada de divertida. En concreto, Aaron narraba la historia de su hijo mediano de cinco años, Sam. Un niño al que le encanta jugar con camiones, practicar deporte, lucir una colección de bolsos y “pintarse las uñas porque piensa que así está bonitas”. Un combo que dinamita los obtusos @DaddyFiles y que, por desgracia, le ha costado ser objeto de bullying en la guardería por parte de sus compañeros.

Como escribe Gouveia, el pequeño “decidió lucir orgulloso sus uñas pintadas de rojo en la guardería porque no tiene ese concepto de que es solo para chicas y no entiende que alguien podría tener algún problema con esas uñas tan bonitas”. No obstante, este inocente niño tuvo que aprender “lo mierda y dolorosa que es la masculinidad tóxica”, según apuntaba su padre. Porque sí, muchos de sus compañeros tuvieron un problema con sus uñas pintadas: “Sam fue ridiculizado. Le pusieron apodos y les dijeron que se lo quitara. Así durante todo el día”. Hasta que no pudo más y, llorando, llamó a su padre al trabajo para pedirle ayuda.

En esa llamada Sam le dijo a su padre que quería quitarse el esmalte. “Mi corazón se rompió. Le dije que podía quitárselas si quería, pero que muchos chicos como Thor o el Capitán Sparrow se las pintaban. Me preguntó si su jugador de fútbol americano favorito, Rob Gronkowski, lo hacía. La verdad es que no estoy seguro, pero le dije que sí. Aunque lo más importante que le dije es que no importa lo que haga nadie más, ya que lo que vistes y cómo luces debe hacerte sentir bien a ti mismo. Y al infierno con todos los demás”, cuenta Gouveia en un hilo que ya acumula 68.000 likes.

Por suerte para el joven, pero también para toda la sociedad, las palabras de apoyo incondicional de su padre convencieron a Sam de seguir llevando las uñas tal y como deseaba. “Se las dejó porque le gustan y le hacen sentir mejor. Entonces su hermano mayor de 10 años se pintó las suyas para solidarizarse. Estuve a punto de llorar. Eso me llevó a pintármelas yo también”, cuenta un emocionado Gouveia, que lanza un último mensaje para su pequeño: “Sé valiente y brilla mucho. Recuerda que mamá y papá siempre estarán apoyándote y que si el resto del mundo tiene problemas con tus uñas, pueden comprobar mi esmalte”.