La joven siria que grabó su parto en medio de la guerra y la muerte

Ya hay más de 70 millones de personas fuera de sus hogares por culpa de la violencia, la guerra o la persecución, según ACNUR

Cuando ves la cara de Sama en la pantalla, ya sabes que todo lo que la rodea es mucho más oscuro que su sonrisa. Waad Al-Khateab, su madre, se quedó embarazada mientras Alepo, su ciudad natal, estaba bajo el asedio de las fuerzas sirias de Bachar Al Assad y grabó todo el proceso para que su hija, un día, vea de dónde viene. Fueron meses de guerra y destrucción, de muerte y desplazamiento forzado, pero para la familia fueron también momentos hermosos y felices. Sama, Waad y su pareja Hamza, un médico activista, acabaron huyendo también. Ahora son refugiados en Reino Unido, solo una de las millones de historias de desplazamiento forzado esparcidas por el mundo.

En total, ya hay más de 70 millones de personas fuera de sus hogares por culpa de la violencia, la guerra o la persecución. Más de 25 millones están, directamente, fuera de sus países y necesitan asilo, según los datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR. 

El documental For Sama concentra en escasos 90 minutos las más de 300 horas que Waad registró durante cinco años en medio de la guerra de Siria. Su boda entre bombardeos, el momento del parto en un hospital que atendía heridos de guerra —el médico que tomó las constantes vitales de la niña murió en un bombardeo— y la semana que pasó bajo tierra antes de poder sacar al bebé del hospital. Empezó a filmar para dejar constancia de todos sus pasos, como si fuera el último y ha conseguido unas imágenes únicas para enseñar la realidad de los refugiados sirios antes de llegar a tocar las puertas de Europa y que los metamos a todos en el mismo saco. Es una película íntima sobre la vida en el interior de todos esos edificios que tantas veces has visto derruidos en las noticias.

"Cuando vives en zona de guerra, aunque sepas que las cosas no son como deberían de ser, te agarras a la vida y tratas de disfrutar el momento y ser feliz", explica Waad en una entrevista ya en Londres, donde su hija está creciendo lejos de lo que ella considera como "casa". Casa, para ella y para mucha otra gente que vive en países de todo el mundo es Alepo, una ciudad que tardará años hasta generaciones en ser reconstruida.

El documental de Waad ha ganado este 2019 premios como el Prix L’Œil d’Or por mejor documental en el festival de Cannes o a mejor filme independiente en los British Independent Film Awards, lo que nos permite abrir los ojos ante una realidad que nos afecta pero que desconocemos completamente. Ser capaces de disgregar cada una de esas historias y de empatizar con los dramas que han llevado a esas familias a los campamentos de Grecia o Turquía, los barcos en el Mediterráneo y las solicitudes de asilo sin resolver en toda Europa.

Afganistán, Siria, Sudán

En las últimas dos décadas se ha duplicado el número de personas que tienen que rehacer sus vidas lejos de sus casas, ya son más de 70 millones en todo el mundo, una cifra que supera la población de Francia, por supuesto la de España y roza la de Alemania. La mayoría viven en la pobreza y muchos de ellos siguen estancados en de refugiados cercanos a zonas fronterizas. El final de la década, que tanto nos gusta para echar freno y mirar atrás, nos sirve para rescatar algunos de los temas políticos más destacados de los últimos años. Y si ha habido una realidad que ha marcado el mundo en los años 2010 han sido los refugiados.

Europa ha demostrado ser un continente incapaz de atender la llamada de millones de personas desesperadas, pero no somos los únicos: Venezuela, Myanmar o Centroamérica... cada minuto, 25 personas abandonaron sus pueblos por miedo en 2018, según el mismo organismo recuerda la diferencia entre desplazados dentro de su propio país y refugiados internacionales, que ya superan los 25 millones. 25 personas son las que iban contigo a clase cuando ibas al colegio, las que caben en un vagón del metro o en un restaurante mediano. Esa cantidad de gente hace las maletas cada minuto que pasa. 

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Solo en septiembre llegaron a Grecia 10.000 refugiados, el número más alto en un solo mes desde el acuerdo fracasado que firmaron los países miembro en 2016 se comprometían a repartirse los solicitantes de asilo para poder desatascar la situación en el sur del continente, pero el acuerdo fracasó. Afganistán se ha convertido en el principal foco de refugiados, pero sigue la guerra de Siria, la de Yemen, el conflicto en Sudán del Sur, la crisis humanitaria en Venezuela o la violencia en Centroamérica

"Nadie puede darse cuenta de las vidas y el amor que hay detrás de una guerra y a quiénes afecta realmente: a las madres, a los niños. La gente puede pensar que se trata de un combate y se enfocan en eso", dijo en otra entrevista la directora. Es muy difícil hacer que el mensaje cale. "Además lo ven como si fuese un conflicto en el que las dos partes se miden de modos iguales, pero olvidan que hay personas allí tratando de vivir una vida mejor", añade. Cuando se van, es porque ya no tienen nada más que intentar allí.