Este hombre pasará tres meses nadando en basura para enseñarte cuánto plástico hay realmente en el mar

Cestas de ropa, palas de juguete o cajas de cerveza son solo algunas de las cosas que se ha encontrado este nadador en el mar abierto del Pacífico

"Quiero que la gente entienda que la solución está en manos de todos. Es verdad cuando la gente dice que no necesitamos a una persona haciendo algo perfectamente. Lo que necesitamos son a millones haciéndolo de forma imperfecta". Así dice una de las frases que abre la web de Ben Lecomte, un hombre francés de 52 años que está atravesando a nado la gran mancha de basura en el Pacífico. Su objetivo es que la expedición muestre la web de Ben Lecomte y, por tanto, a nuestras vidas. El viaje es desde Hawái a San Francisco, donde tendrá que atravesar un trecho conocido como el vórtice de basura del Pacífico, donde se encuentra la mayor concentración de desechos plásticos del mundo el área es dos veces más grande que la superficie de Francia, de ahí el nombre del reto: #TheVortexSwim. 

Ben Lecomte no realiza este viaje en solitario, lo acompaña una tripulación formada por documentalistas, científicos y marineros. El viaje comenzó el pasado 14 de junio y, durante el tiempo que llevan en el océano, han encontrado todo tipo de objetos: cestas de ropa, juguetes de niños, contenedores, cajas de cerveza y hasta microplásticos dentro de un mahi-mahi recién pescado que había engullido plástico. La basura, como ilustra este caso, vuelve a nuestros platos. No es la única forma en la que han encontrado estos desechos: los ven cada tres minutos flotando en el mar. Es más, en solo unas horas recolectaron más de 3.000 fragmentos de microplásticos. 

La tripulación espera completar la travesía en septiembre. Para ello Lecomte nada los siete días a la semana tomando descansos solo cuando está exhausto o si las condiciones climáticas son muy peligrosas. Si ninguna de esas condiciones se da es capaz de nadar durante cinco horas sin realizar ninguna pausa. El recorrido se sigue mediante imágenes por satélite de manera que, cuando se termine la expedición, se pueda tener una base de datos transpacífica que permita señalar dónde se encuentra la mayor concentración de desechos. Mientras Lecomte nada, el resto de tripulación recoge, mediante redes, todo el plástico que puede. Estas miles de piezas son clasificadas y contadas.

A pesar de que se sabe que las personas generamos más de 300 millones de toneladas de residuos plásticos al año y que ocho millones de dichos residuos van a parar a los océanos, se desconoce la omnipresencia de la contaminación por plástico en el agua del planeta. Como se explica en la web de la expedición, "la inmensidad de los océanos hace que el movimiento de los plásticos sea difícil de estudiar, solo sabemos dónde se encuentra el 1% de los desechos plásticos". Aunque no sea posible tener una cantidad específica, se sabe —y la expedición lo está mostrando— que estamos destrozando nuestro planeta: el ecosistema marino está en permanente amenaza por la invasión de los plásticos. Adquirir una conciencia real es el primer paso para empezar a actuar.