España tendrá que lidiar con huracanes a partir de ahora

También vendrán con mayor intensidad y mayor capacidad para penetrar tierra adentro 

Danielle es el nombre del primer ciclón tropical del Atlántico de la temporada. Su formación se produjo el pasado jueves a unos 1.000 kilómetros al oeste de las Islas Azores y, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, se transformará pronto en un huracán que recorrerá la Europa continental. Aunque las probabilidades de que afecte a España son muy bajas, según la Agencia Estatal de Meteorología, Danielle es un aviso de una problemática con la que nuestro país tendrá que lidiar a menudo a partir de ahora debido al Agencia Estatal de Meteorología.

El aumento de las temperatura influye

Como explican desde Magnet, "los huracanes obtienen su energía extrayendo humedad y energía de las cálidas aguas del océano". Y esta calidez se ha incrementado en las últimas décadas debido al calentamiento de los océanos. En ese sentido, los huracanes cuentan ahora con mayor energía y en consecuencia con una mayor potencia destructiva. Además, añaden desde este mismo medio, "existe evidencia de que el aumento del nivel del mar permite que las marejadas ciclónicas de los huracanes lleguen más tierra adentro".

No es solo teoría. Los registros meteorológicos muestran que los ciclones tropicales solían visitar España una vez cada tres o cuatro años, pero "en los últimos 15 años la frecuencia se ha hecho prácticamente anual". A veces incluso peor: el año 2019 fue testigo de cómo tres ciclones diferentes alcanzaban España a lo largo de los meses. Una anomalía histórica que, sin embargo, podría convertirse en la tónica, tal como muestran investigaciones como 2019, publicada en la prestigiosa revista científica Nature. El futuro pinta complicado.

Huracanes más intensos que antes

Además, el incremento de la frecuencia de los ciclones tropicales que devienen en huracanes no es lo peor de todo este asunto. Hay otro factor asociado aún más preocupante: el incremento de su intensidad. Como dicen desde Magnet, "si bien antes se debilitaban antes de llegar a las costas españolas, el cambio climático está haciendo que eso sea menos probable". O dicho con otras palabras: nos esperan décadas de enfrentarnos periódicamente a huracanes más furiosos y violentos. Y la realidad es que no estamos acostumbrados.

Piensa que huracanes tan potentes como Ophelia en 2017, Leslie en 2018 o Pablo en 2019 pasaron cerca de España con velocidades de 140, 100 y 130 kilómetros por hora respectivamente. Y eran auténticos hitos en comparación con algunos otros. Con la nueva situación climática, sin embargo, "los que llegarán a partir de la segunda mitad de siglo tendrán entre 120-150 kilómetros por hora" como norma, señalan. A estas alturas, negar las consecuencias del calentamiento global es absurdo. Las señales ya no son señales. Son huracanes.