Por fin una clínica (ilegal) que permite a homosexuales donar sangre

Durante la histeria del SIDA del siglo pasado se establecieron leyes homófobas que asociaban LGTBI a enfermedad. Muchas todavía perduran, como la prohibición de donar sangre si has tenido sexo con alguien de tu mismo género

¿Qué tienen en común países como Dinamarca, Francia, Reino Unido, Turquía, Japón o Venezuela? Como os explicábamos en un vídeo anterior, pues que las personas que tienen relaciones sexuales con otras de su mismo género no pueden donar sangre. Una medida anacrónica pero que sigue vigente en 2019. Por supuesto, no todos los países tienen la misma normativa: mientras que en Dinamarca no puedes donar sangre bajo ningún casual, en Reino Unido sí que puedes donar… pero si llevas tres meses en “celibato homosexual”. Es decir, puedes tener sexo con mujeres y donar sin restricciones, pero cualquier contacto sexual con personas de tu mismo género te lo impide.

Como acto protesta, colectivos LGTBI de Londres han abierto un banco de sangre secreto llamado The Illegal Blood Bank, impulsado por la organización Freedom To Donate, que ha empezado la campaña “sangre sin sesgo”, para eliminar este tipo de restricciones. La clínica, obviamente, está asesorada y dirigida por personal médico, que tras las donaciones hará públicos los litros de sangre recaudados que se están desperdiciando por esa normativa homófoba, que existe solamente porque asocia homosexualidad a enfermedades de transmisión sexual, un estigma que todavía hoy sigue vigente.

“Nuestra posición está clara, cualquiera que pueda donar sangre de forma segura debería ser capaz de hacerlo”, denuncia Ethan Spibey en Dazzed Digital, fundador de la organización. “Se está perdiendo mucho potencial en época de necesidad”, añade, haciendo referencia a en Dazzed Digital que desató la NHS seguridad social británica cuando pidió a los hombres —que estadísticamente donan la mitad que las mujeres— que se pasasen por clínicas a donar, una oferta no extensible a homosexuales y bisexuales.

Este banco alternativo cree que, si la preocupación que impulsa las leyes anti-donación LGTBI son las enfermedades, han encontrado una forma más justa y eficiente de hacerlo porque ya no solo combaten la LGTBIfobia médica, sino que les parece absurdo que se limite la sangre disponible en las reservas, una opinión compartida por la academia médica británica: “nosotros nos basamos en el comportamiento sexual de los individuos para determinar si es seguro que no donen sangre, y no en su orientación sexual”, explica Keegan Hirst, segundo jugador profesional británico en salir del armario y otro de los promotores de la iniciativa.

La clínica clandestina, que se estrenará el 23 de noviembre y repartirá la ubicación de forma confidencial a esas personas LGTBI que se apunten en su página, está siendo aplaudida de forma unánime dentro del colectivo, que considera que va siendo hora de eliminar las restricciones sanguíneas surgidas el siglo pasado durante la histeria colectiva de la epidemia del SIDA y que no hacen nada más que alimentar este mito de que homosexualidad equivale a colectivo y prácticas de riesgo, nada más lejos de la realidad, porque —por desgracia— las malas praxis sexuales no son solo exclusivas en esta comunidad.