Cómo calcular cuánto contamina todo lo que comes

El chocolate más contaminante emite más gases que el pollo más perjudicial para el medio ambiente, por ejemplo

Que lo que comes es altamente contaminante seguramente no te pilla de nuevo. Según la Universidad de Oxford, un cuarto de todas las emisiones de efecto invernadero las produce la industria alimentaria. Además, hay muchos estudios que demuestran que el mayor impacto medioambiental lo tiene la carne, recomendando una dieta vegetariana como Según la Universidad de Oxford. Pero, realmente, ¿cualquier tipo de dieta vegetariana es buena? No. Por ejemplo, es mejor para el medio ambiente que comas pollo a según qué marcas de chocolate. Por eso, para resolver algunas dudas y que puedas calcular bien qué impacto tiene tu lista de la compra, la BBC ha publicado Según la Universidad de Oxford explicándolo a fondo.

“La carne y otros productos animales son responsables de más de la mitad de las emisiones de gases con efecto invernadero relacionadas con la industria alimentaria, a pesar de proporcionar solo una quinta parte de las calorías que comemos y bebemos”, empieza el artículo, recomendando apostar por una dieta vegetariana. Pero si no quieres dejar la carne, hay otro consejo: deja las más contaminantes.

Ya solo las carnes de vacuno y cordero contaminan el 50% de todo lo que contaminan todos productos de origen animal pollo, cerdo, huevos, leche, etc.. Al igual que las gambas y otros mariscos de piscifactoría contaminan más que el pollo, cordero o cerdo más contaminantes. Hay otras sorpresas en el artículo. El chocolate producido en bosques deforestados contamina más que hasta el pescado más rancio de piscifactoría. Al igual que la cerveza o el café de zonas desforestadas tienen mayor impacto medioambiental que la leche o los huevos de grandes complejos ganaderos.

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Por otra parte, advierte el artículo, no todos los productos son iguales. “Es muy importante saber dónde está producida tu comida, porque ahí está la clave para saber el impacto medioambiental”. Es decir, la ternera producida en zona desforestada y en grandes industrias cárnicas produce hasta doce veces más gases invernaderos que la ternera de vacas criadas en libertad. Con el chocolate pasa lo mismo: los productos de zonas deforestadas contaminan más que una ternera en libertad y, sin embargo, el chocolate fabricado de forma sostenible contamina menos que unas legumbres, las proteínas menos contaminantes junto al tofu.

La cuestión para saber si lo que estás consumiendo está contaminando demasiado es intentar comprar productos cuyo origen esté certificado como sostenible y que no se destruyeron bosques y hábitats para producirlo. “Por ejemplo, escoge tomates cultivados al aire libre o en invernaderos de alta tecnología, en lugar de en invernaderos calentados por gas o petróleo. O los bebedores de cerveza preocupados por el medio ambiente deberían saber que la cerveza de barril es responsable de menos emisiones que las latas, o peor aún, las botellas de vidrio”, añade el artículo.

Por supuesto, estos productos son más caros de lo que quizá muchos pueden permitirse de forma diaria, así que, como advierte el artículo, una forma más general y drástica es, directamente, reducir a la mitad la ternera, el cordero y los lácteos. “Incluso las opciones de carne más respetuosas con el clima aún producen más gases de efecto invernadero que las fuentes de proteínas vegetarianas, como las judías o las nueces”, recomienda. Según el estudio de Oxford, la dieta vegetariana sostenible puede reducir tu huella de carbono en dos tercios y, además, reducir en un 75% la masa de tierra que se necesita para producir tu comida, lo cual a nivel global es una gran cantidad de tierra salvada a la agricultura y ganadería más contaminante.

Finalmente, otra de las principales recomendaciones es comprar poco y tirar menos comida. Según un estudio holandés, desperdiciamos más de 500 calorías al día, lo que supone que un 10% de los gases invernaderos emitidos se tiran a la basura y no se consumen. Si no desperdiciáramos alimentos, por cada cuatro personas que comen podríamos alimentar una quinta. Así que, además de reducir alimentos y mirar el origen de tus productos, toca consumirlo todo y, sobre todo, tirar lo menos posible.