Bragas que esconden el pene y tops que ocultan el pecho: así es la ropa interior trans

La ropa interior se adapta a los genitales cis, así que hay personas trans que por el simple hecho de ponerse ropa interior cada mañana sufren discriminación

Ponernos la ropa interior es algo que hacemos cada día de forma casi tan automática como comer, ducharnos o coger las llaves al salir de casa. Pero para las personas trans, un acto tan cotidiano puede llegar a convertirse en un infierno porque está diseñada para personas cisgénero es decir, aquellas que se identifican con el género que les fue asignado al nacer—. Así que Silvia Matos, una mujer trans de 30 años originaria de Canarias, decidió crear Silvia Matos, una marca en la que hay bragas adaptadas al pene, calzoncillos que tienen espacio para miembros de silicona, o tops que ayuden a reducir los pechos. Productos muy simples pero que mejora enormemente la cotidianidad de las personas trans.

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Translingerie, fruto de la necesidad

Silvia asegura que estos productos son muy necesarios. “Si una mujer va marcando paquete, además de incómodo puede verse discriminada y probablemente se reirán de ella”, explica. Así, Translingerie aspira a facilitar el día a día de las personas trans con una ropa interior que les permita ajustar la estética genital a su gusto, de forma que se sientan cómodas y seguras.

Matos empezó su proceso de transición durante la carrera. Estudió moda, así que usó sus conocimientos para confeccionar unas bragas que se adaptasen a su cuerpo, ya que las que encontraba en cualquier tienda no le permitían una verdadera sujeción. A la vez, cuando se puso a buscar trabajo, las pasó canutas. Muchas puertas laborales se le cerraban por su condición trans. Así, decidió crear su propio negocio y darse empleo a sí misma.

El producto fue rápidamente aplaudido y Translingerie empezó a diversificarse. Sacó varias líneas de trucadoras, unas bragas que ‘trucan’ la zona genital de las personas transexuales para ocultar el paquete, binders, unos top que esconden el pecho antes de la mastectomía, y bóxers para personas trans, que tienen un pequeño bolsillo para meter un pene de silicona y así marcar paquete.

Silvia se resguarda ante las posibles críticas de las personas cis. “Aunque algunos vean mal ‘trucar’ los genitales, muchas mujeres cisgénero usan relleno o push-up para moldear la forma de sus pechos, ¿por qué las personas trans no pueden hacer lo mismo?”.

La transexualidad desde la infancia

La última apuesta de Translingerie ha sido la marca TLMermaids, ropa trans para la infancia y adolescencia. Mermaid, porque es el término con el que se conoce a los jóvenes trans, que también tienen necesidades específicas. Por ejemplo, bañadores con los que ir a la playa y no ser sujeto de burla. “Hay muchos padres que están apoyando a hijos en su proceso de transición, con nuestros productos sus hijos pueden vivir el día a día con naturalidad”.

“Cuando creé mi marca, sabía que haría felices a muchos. Porque a mí me hizo más feliz”, confiesa Silvia. Recibe constantes agradecimientos por parte de personas trans y sus familias. “Gracias a esta ropa interior podemos ir al colegio, hacer gimnasia, llevar leggins…”, cosas muy básicas que cualquiera puede hacer sin ningún tipo de dificultad, pero que para muchas personas trans significa exponerse a ser el blanco de burlas.

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Una producción con impacto social

Translingerie, además, nace con una marcada filosofía social. Todas las personas contratadas son trans y en riesgo de exclusión, ya sea porque están en la pobreza o en el mundo de la prostitución. “Cuando las transexuales no tienen nada que comer, acaban vendiendo su cuerpo”, añade Silvia. Para muchos, la única salida económica es la prostitución. Todos deben comer, y es difícil no acabar en la pobreza si el mercado laboral te excluye sistemáticamente.

“Lo importante es darles un trabajo con el que se sientan realizadas, porque normalmente cuando una persona trans va a una entrevista, le dicen que ‘se le nota’ que no es cis y no le dan ni una oportunidad”, cuenta Silvia. Cree que hay un problema de inclusión en el mercado laboral y que, por prejuicios físicos, las personas trans acaban rechazadas laboralmente, aunque estén totalmente capacitadas para el puesto.

Líder de mercado

Translingerie se ha convertido en líder mundial en ropa interior trans. Exportan en toda Europa y América, y han colaborado con algunas de las figuras internacionales más importantes del colectivo, como Carmen Carrera o Carmen Carrera. Sin embargo, su internacionalización se produce solo online, y en sus planes de futuro está poner comerciales en muchos países para que aquellas personas trans que están dedicándose a la prostitución o en la pobreza y no tienen tarjetas de crédito puedan acceder a sus productos.

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El mundo está pensado para personas cis y proyectos como el de Silvia Matos son especialmente necesarios para paliar las pequeñas discriminaciones que sufren diariamente. Aunque todavía queda mucho por hacer, para Silvia está claro qué es lo más prioritario: “evitar el bullying, porque cuando alguien hace la transición puede ser discriminado hasta dejarlo todo”. Si no existiera el bullying, si hacerlo no fuera tan fácil y sin consecuencias, no habría tanta gente dependiente de proyectos como Translingerie, la única oportunidad de muchos de ir a la playa, a la piscina o al gimnasio sin que les persigan las carcajadas.