Aunque el uso de la tarjeta está en pleno auge, los billetes siguen siendo los protagonistas del capital al que tenemos acceso el común de los mortales y seguramente tú también tienes el recuerdo de algún adulto diciéndote que no te pongas el dinero en la boca o que luego de coger un billete te laves las manos. Sí, el dinero está lleno de bacterias pero, ¿realmente te has parado a pensar cuántas? En un solo billete se pueden concentrar hasta 3.000 tipos de microorganismos. La gran mayoría provienen de microbios de la piel, de la boca o de la vagina, los billetes en el Centro de Genoma y Biología de Sistemas de la Universidad de Nueva York.
Con esta idea en la cabeza, el artista Ken Rinaldo acaba de crear una colección de fotos de billetes de diferentes países con todas sus bacterias. Quería mostrar abiertamente al público un universo invisible: lo que vive dentro de un billete. Rinaldo, que hace instalaciones interactivas con plantas, humanos y animales, se fue al Laboratorio de Arte de Berlín para exponer Boarderless Bacteria / Colonialist Cash. Seguramente, los billetes son el objeto que más bacterias concentra y el que, con mayor facilidad, las transmite. Estas pueden vivir semanas enteras en estos trozos de papel.
"Los cultivos bacterianos, hongos y virus que encuentran transporte en los sistemas de intercambio monetario no respetan ni entienden las fronteras. No hay visas o pasaportes para microbios que se enganchan de manos, narices y genitales. El dinero viaja libremente a nivel nacional e internacional. El efectivo es un vector de cultivos biológicos comercializados a nivel mundial", explica Rinaldo en su web para denunciar los conflictos económicos y políticos actuales, motivo por el cual en la exposición se presentan en una misma caja euros y libras o dólares y pesos mexicanos.
"Como el dinero es un potente significante de identidad, nacionalismo y un medio simbólico de intercambio, también posee creencias constitucionales en invocaciones icónicas de riqueza y confianza nacional. El dinero implica todas las deidades y símbolos de poder y de supervisión nacionalistas", añade.
Las obras se presentan en cajas transparentes que tienen agar, una sustancia que solidifica los medios de cultivo en los cuales cohabitan siempre dos billetes. El paso del tiempo hace que vayan apareciendo manchas de diferentes colores: verdes o blancas con una textura igual que el moho. El artista defiende que antes de ser personas somos ecosistemas y explica que la obra tiene como objetivo promover una mirada 'divertida' entre el conflicto que existe entre dos países, ya que quizás las bacterias que habitan en ambos billetes son similares.
El trabajo de Rinaldo, a priori, de asco. Da mucho asco pensar que cada día manipulas objetos que vistos desde el microscopio parecen auténticos quesos de Roquefort, pero la reflexión que nos deja es todavía más asqueroso. Las fronteras están cerradas para las personas, pero no para el dinero. Las bacterias que viajan con el dinero así lo demuestran: ellas no tienen tantas dificultades para moverse por el mundo como las personas.