Salvó a cientos de migrantes en el Mediterráneo y casi acaba en una cárcel en Marruecos

El Tribunal de Tánger ha comunicado a la activista española Helena Maleno que la causa en su contra ha sido archivada definitivamente

“Europa se ha convertido en un continente muy peligroso para las personas que defendemos derechos de personas migrantes”. Con estas palabras, a medio camino entre la advertencia y el alivio, la activista y periodista especializada en Migraciones y Trata de seres humanos, Helena Maleno Garzón, ponía fin a los 15 meses en los que tuvo que enfrentarse a una acusación por los delitos tipificados de tráfico de seres humanos y favorecimiento de la inmigración irregular.

Un sinsentido mayúsculo surgido a raíz de los informes sobre Maleno realizados en 2012 por la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales UCRIF de la Policía Nacional que, tras resultar archivados en la Audiencia Nacional española debido a que la Fiscalía no encontró indicios de la supuesta actividad delictiva que se le imputaba, provocaron un proceso judicial en su contra en un juzgado de Tánger Marruecos. 

Una odisea personal —Maleno, afincada en Tánger desde 2001, tuvo que declarar en varias ocasiones y elevar su caso al Tribual de Apelación de la ciudad marroquí— por algo tan 'delictivo' como avisar a Salvamento Marítimo cada vez que las embarcaciones de migrantes tenían problemas en alcanzar las costas españolas y la vida de sus ocupantes corría peligro. Es decir, por intentar salvar la vida de otras personas. Sin lucro, sin más motivación que la justicia y plantando cara a las mafias de inmigrantes desde la oenegué las embarcaciones de migrantes 

“En este tiempo he aprendido que son momentos muy duros para las defensoras de derechos humanos que estamos siendo perseguidas y criminalizadas”, ha reflexionado este lunes al conocer el archivo definitivo de su causa y sintiéndose forzada en sus ideas ya que, como ella misma ha reiterado, “defender el derecho a la vida no es un delito”. Emocionada porque “se ha hecho justicia” pero consciente de que lamentablemente estas estrategias de intimidación a activistas por parte de las autoridades españolas y marroquíes, e incluso las mafias que se lucran con el tráfico de migrantes, siguen a la orden del día.