Poder escuchar el silencio cada vez es más difícil. Incluso cuando estás en tu casa te interrumpe el sonido de los Whatapps cuando entran, o bien la música del vecino o los coches de abajo. Es casi imposible conseguir un momento de espacio vació en tu mente y en tus oídos a causa de la sobre estimulación. De hecho, vivir en silencio o poder disfrutar de este, se está convirtiendo en una especie de lujo que además tiene un impacto sobre nuestra salud.
Un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente revela que una de cada cinco personas está expuesta a niveles de ruido perjudiciales. Así mismo, la Organización Mundial de la Salud avisa que la intensidad y frecuencia del ruido diario afectan negativamente a la salud.
Así afecta el exceso de ruido a nuestra salud
Los impactos del ruido no se limitan solo a tener efectos nocivos sobre la salud mental y el descanso, sino que también pueden tener consecuencias físicas como el aumento de la frecuencia cardíaca, problemas del corazón, trastornos cognitivos y presión arterial alta. Un estudio publicado en el Journal of the American Heart Association ha vinculado la exposición constante al ruido del tráfico con un mayor riesgo de enfermedades como diabetes e hipertensión.
El taladro de las obras del vecino, a pesar de ser muy molesto y ponerte de mala hostia, también genera un estrés en tu cuerpo que libera cortisol. Esta hormona, que solo se libera en momentos de estrés cuando el cuerpo se prepara para una situación de peligro, si está presente en altos niveles en nuestro cuerpo, puede llegar a se contraproducente y tener efectos negativos.
Muchas veces es imposible aislarse del ruido de tu alrededor (especialmente si vives en una ciudad), pero lo cierto es que tampoco sabemos estar en silencio y sin hacer nada. Cuando estamos a solas siempre encontramos la manera de ponernos un podcast o música para sentirnos acompañados. ¿Cuántas veces no has dejado la venta de TikTok abierta y en bucle solo para tener “algo” de fondo?
Ante la imposibilidad de aislarnos o de ser capaces de sumergirnos en el silencio total, una buena opción puede ser ir reduciendo los pequeños ruidos controlables como las notificaciones del móvil. Además, también podemos empezar a trabajar con pequeños momentos de silencio, sobre todo por la noche o la mañana, cuando no está todo tan activo, para dejar que nuestra cabeza y oídos descansen. No es necesario estar siempre escuchando un podcast o música.
Lo ideal sería tener una casa en el monte, pero como la mayoría de mortales no podemos, lo mejor que se puede hacer es intentar hacer excursiones a sitios más aislados, ya sea la montaña o la playa (en invierno esta última) para poder disfrutar de este lujo que es el silencio.