Sabemos que ese color bronceado que aún luces te sienta fenomenal, pero con el fin del verano toca recuperar los buenos hábitos y uno de ellos es el cuidado de tu piel. Una buena rutina facial es uno de esos hábitos que debemos recobrar para resetear la piel después del verano. Especialmente durante este período del año y también en invierno es cuando la piel sufre más debido a temperaturas extremas.
Toca ponerse manos a la obra para poner solución de inmediato y con estos ‘paso a paso’ lo tendrás muy fácil:
Revisar la piel
Para comenzar, al finalizar el verano, debemos revisar la piel y analizar que no haya cambios y aparición de nuevos lunares. Cuando la piel se ve muy expuesta al sol pueden aparecer lesiones epidérmicas que si no son revisadas y controladas por un dermatólogo puede ser irreparables.
Hidratar la piel
Puedes acudir a un especialista para rehidratar la piel tras la exposición solar, pero también puedes hacerlo en casa sin necesidad de gastarte un dineral en tratamientos ni cremas caras. Debes tener claras dos cosas: qué tipo de piel tienes y qué necesita. El producto estrella para recuperar la piel es la crema hidratante. Si es rica en ceramidas o ácido hialurónico te ayudará a retener el agua en la piel.
Existen, además otros componentes como por ejemplo la Niacinamida, un ácido que ayuda hidratar la piel en profundidad, afina los poros, produce colágeno para reducir las arrugas y signos de envejecimiento, aporta elasticidad, calma las irritaciones y enrojecimiento, reduce la pigmentación y las manchas solares, entre muchos otros factores beneficiosos. La Vitamina C es otro ácido que suaviza las manchas del rostro, aporta luminosidad, reduce la pigmentación y unifica el tono. El Retinol será otro de tus aliados, pues produce colágeno y hialurónico, combate arrugas, aclara manchas y reduce el tamaño de los poros. Pero, sobre todo, debes usarlo siempre de noche y con protector solar el día siguiente.
Evita exfoliantes agresivos
No es una buena idea raspar la piel con un exfoliante fuerte que produzca una mayor deshidratación y manchas. Lo ideal es cuidar el equilibrio de la barrera cutánea con exfoliaciones prudentes y sin abusar de esta práctica. Con una exfoliación semanal será suficiente. Aunque recuerda hidratar bien la piel posteriormente.
Una alimentación rica en antioxidantes
La alimentación tiene un fuerte impacto en nuestra salud epidérmica, por eso después del verano hay que hacer especial hincapié en reforzar la ingesta de antioxidantes. Especialmente las frutas y verduras de colores brillantes como las zanahorias, los tomates, los pimientos, las espinacas, las naranjas, las fresas, los pomelos, los kiwis y las bayas, entre otros, son alimentos ricos en antioxidantes y Vitamina C. Los frutos secos y los aceites vegetales son una fuente de Vitamina E que ayudan a hidratar la piel y a mejorar su elasticidad.
Beber agua
La OMS fija que hay que beber entre 1,5 y 2 litros diarios para tener la hidratación necesaria en nuestros cuerpos. Beber agua ayuda a eliminar toxinas, hidratar por dentro y mantener la piel sana. Como aconsejan desde Hola, tomar “frutas y verduras con alto contenido de agua, como el pepino y la sandía, también pueden contribuir a la hidratación”.
Dormir regenera
La Sociedad Española de Neurología (SEN) revela que entre un 20 y un 48% de la población tiene dificultades para dormir. Conciliar el sueño, dormir bien y controlar el estrés es clave para que nuestra piel también se vea descansada. La falta de descanso puede afectar a la producción de melatonina, una hormona antioxidante que ayuda a combatir el cutis apagado y el equilibro en la epidermis.
Si sigues estos consejos, además de convertirte en una persona experta en ‘skincare’ notarás como tu piel se regenera tras los meses de verano y luces radiante.