Este verano hemos visto manifestaciones multitudinarias en contra de la masificación turística en decenas de ciudades, desde Mallorca, las Islas Canarias, hasta Madrid o Barcelona. Los manifestantes reivindican que la falta de gestión del turismo y la dificultad de acceso digno a la vivienda —que se ceba sobre todo con los jóvenes—, está terminando con la vida digna en las principales ciudades del país.
Uno de los momentos más calientes de las protestas sucedió a medianos de julio, cuando en la capital catalana unos manifestantes dispararon agua con unas pistolas de juguete a unos turistas sentados en una terraza, lo que generó todo tipo de reacciones, desde los que vitoreaban a lxs activistas, hasta los que lxs ridiculizaban y se burlaban de ellxs.
Sin embargo, otras personas están ahora riéndose de actitudes o servicios que alquilan los turistas y que parecen sacados de un parque temático.
Escenario versus espacio público
En Valencia, el recorrido incluye sitios del casco histórico como la Plaza de la Virgen, la Plaza de la Reina y el entorno de la Catedral y cita a sus participantes los sábados de 20.00 a 21.00 de la noche.
En X, un valenciano criticaba la iniciativa: “Han convertido a las ciudades en un parque temático para idiotas. Y una empresa que gana pasta con esto. Los vecinos y vecinas, cada vez pintan menos“.
Otro usuario señalaba: ”Soy de Valencia ciudad, y cada vez me alegro más de vivir fuera de la capital. Otra razón para no acercarme al centro. Qué ciudad se está quedando”.
Una de las empresas que lo organiza asegura que la actividad está dirigida a lxs valencianos. Pero las críticas comparten el hartazgo de ver actividades pensadas para el lucro económico en lugar de un ocio público en unas ciudades muy tensadas turísticamente.
Aunque esta actividad ha trascendido estos últimos días, lo cierto es que desde hace tiempo viene llevándose a cabo. Otra empresa, por ejemplo, promociona así su servicio: “La ciudad es tu escenario, baila, canta y disfruta de Barcelona”. Y continúa: “La experiencia ya es un éxito en países como Reino Unido, Australia o Estados Unidos, ahora se acerca a la capital catalana”.
Las discotecas silenciosas son comunes en festivales y espacios cerrados de ocio nocturno, pero hasta ahora no era tan común verlas como actividades en la calle, que describen como un escenario más que como espacio público.