La noche del cinco de noviembre Donald Trump ganó las elecciones, pero el aborto también lo hizo en siete de los diez estados que hicieron referéndums para incluir enmiendas en sus constituciones estatales. Se decidió hacerlo después de la derogación de Roe v. Wade en 2022, que desde 1973 garantizaba el derecho al aborto en el país.
Entre los estados en los que se registraron avances significativos estuvieron Missouri y Montana, ambos controlados por republicanos, donde los votantes aprobaron las enmiendas con el 52% y el 57% de los votos, respectivamente. También en Nevada y Arizona, estados donde también ganó Trump, se alcanzó una protección al derecho al aborto, con más del 60% de apoyo en cada caso. En estados tradicionalmente demócratas como Nueva York, Colorado, y Maryland, el respaldo a las protecciones fue aún más fuerte, reflejando un consenso creciente en torno a los derechos reproductivos.
A pesar de estos avances, el movimiento por los derechos al aborto no logró su objetivo en otros tres estados controlados por republicanos: Florida, Dakota del Sur y Nebraska, donde las enmiendas para establecer un derecho constitucional al aborto fueron rechazadas. En Dakota del Sur, uno de los estados con las leyes antiaborto más restrictivas, la propuesta para revertir esta situación obtuvo solo el 40% de apoyo, una cifra que refleja las fuertes campañas de oposición financiadas por grupos antiaborto a nivel local y nacional.
En Nebraska, los votantes aprobaron una enmienda apoyada por estos grupos para prohibir el aborto después del primer trimestre, con el 55% de los votos, mientras que una enmienda a favor de proteger el derecho al aborto hasta la viabilidad fetal (alrededor de las 24 semanas) quedó por debajo del umbral, con un 49% de apoyo.
El futuro de los derechos reproductivos en EE.UU.
La aprobación de estas enmiendas en los siete estados tiene importantes implicaciones. Las medidas establecen un marco similar al de Roe v. Wade, permitiendo el aborto hasta la viabilidad fetal, con posibles restricciones posteriores y excepciones para proteger la salud de la persona embarazada. Sin embargo, en algunos casos, como en Nevada, la ley exige que la medida sea aprobada en una segunda votación, que se realizará en 2026, para que el derecho quede finalmente garantizado en la constitución estatal.
El panorama podría cambiar según lo que decida hacer Trump con la presidencia. Durante su campaña, Trump ha expresado su intención de restringir los derechos reproductivos a nivel federal. Una nueva administración Trump podría buscar invalidar estas protecciones estatales mediante políticas federales.
Los activistas antiaborto han planteado estrategias que incluyen el uso de leyes federales para prohibir el acceso a medicamentos abortivos y hasta una reinterpretación de la Enmienda 14 para establecer la “personalidad fetal”, lo cual prohibiría el aborto en todas sus etapas y criminalizaría su práctica. Además, si el Congreso llega a tener mayoría republicana, podría promover una prohibición federal del aborto, lo que tendría el potencial de invalidar los derechos recién garantizados en estos estados.