Las formas de cortar más humillantes contadas por sus víctimas

Preguntamos a nuestros seguidores: ¿te han dejado y te has sentido patéticx? Esta pregunta dio a un aluvión de anécdotas crueles y absurdas que demuestran lo mucho que nos cuesta decir un simple: "no me gustas"

Una ruptura puede ser muchas cosas. Triste, incómoda, desesperante, agresiva, hasta tragicómica. Todas son duras, pero hay algunas que se te quedan grabadas en la mente, porque no solo te dañan emocionalmente, también en el orgullo. Son las rupturas humillantes, aquellas que te hacen pensar: me han tratado de imbécil. Ya no solo estás llenx de la tristeza de la separación, también de rabia porque se han intentado reír de ti. ¿Lo único bueno de este tipo de rupturas? Que cuanto más humillante es, mejor anécdota te queda después para contarla a tus amigos y reírte un rato.

Como “las penas se pasan mejor compartiéndolas”, el usuario Juanma Toribio hizo una pregunta al aire en Twitter: “¿Vuestra ruptura más humillante? La mía cuando descubrí que mi novio tenía ya otro novio”. Llegaron cientos de respuestas, aunque según él, las mejores y más crueles fueron estas: “el día del tercer aniversario volví antes a casa para darle una sorpresa y me lo encontré con dos en la cama. Cuando me volví loco, uno de ellos me dijo: ‘no te enfades y únete’”, recordó el usuario @orfidel. “Un tío me dijo que lo deportaban y semanas después me lo encontré en Grindr tan tranquilo por Barcelona”, añade otro usuario. “Hacedme sitio porque a mí me dejaron fingiendo un coma”, acaba otra “humillada”.

Inspirados por este maratón de sinceridad, preguntamos en nuestro Instagram que nos contasen qué tipo de rupturas consideran que fueron sus más humillantes, y así poder reírnos juntos de estas “desgracias”. Probablemente la historia más surrealista nos la contó @mon_ana_mimimi: “me dejó un individuo porque quería centrarse en construir un cohete”. No es la única excusa inverosímil: “a mí me dijo un chico que yo era sopa y que prefería tiramisú, y así fue que me dejó”, recuerda @belensigon. O la de @soylamonte: “a mí un tío me dejó diciendo que en breve entraba en la cárcel, pero que si antes nos acostábamos”.

En el top de rupturas crueles tenemos la de @tamarasinh: “después de 6 años de relación me iba a mudar por él a otro país, después de organizarme, alistar mis cosas y renunciar a mi trabajo, 3 semanas antes del vuelo me escribe por WhatsApp diciendo que mejor no vaya que ya no sentía lo mismo”, y la de @apokailipsync: “fuimos horas en barco a una isla paradisíaca para Nochevieja y al saltar del barco me dijo que ya no quería estar conmigo”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Esto no puede quedar así. Cuéntanos tu ruptura más humillante, con las peores haremos un artículo.

Una publicación compartida de Código Nuevo @codigonuevo el

Hay un género que se repite, el de rupturas humillantes que incluyen a la familia. Por ejemplo, la de @dr_.green_thumb: “me dijo que no le caía bien a sus padres”, o la de @mairenalo: “me dejó antes mi suegra que el susodicho diciendo: ‘pase lo que pase quiero seguir siendo tu amiga’. ¿Hola?”. Otra historia con suegras, la de @lagorraamarilla: “mi suegra me llamó para decirme que había fallecido”. Otro género es el del covid. Como recuerda @aiselobar, “un chico me dio plantón porque al parecer creía que su perro tenía covid”, o la de @mery_china__, una ruptura en tiempos del telecole: “a mí me dejaron por Teams la plataforma para dar clases online”.

Al final, todas estas rupturas son lo mismo: incapacidad para hablar de nuestros sentimientos y poca valentía para atrevernos a hacer daño a alguien con un “no me gustas”, así que nos inventamos cualquier cosa. Como le pasó a @al.i.s.h, “me dijo que se iba hacer una pizza y jamás volvió hablarme”. Aunque nos sintamos dolidos y humillados por este tipo de rupturas, dicen más de la persona que la hace que de nosotros por recibirla. No somos patéticos porque nos hayan dejado, las personas patéticas son aquellas que tienen que recurrir a un ghosting cutre con excusas falsas porque no tienen la fuerza para decirte: prefiero que nos dejamos de ver. Así que deja de torturarte por tu ruptura y piensa en lo positivo, las risas cuando cuentes la anécdota tomando cervezas con tus amigxs.