Disney es mucho más que una marca para millones de personas en todo el mundo. También significa infancia. Amistad entre hermanxs. Amor. Toneladas de nostalgia acerca de aquel hogar familiar tan cálido y seguro. La primera película en un cine. Las primeras grandes historias de la vida. Los primeros sueños. Y por eso tantxs adultxs continúan visitando su parque de atracciones. Sí, está ideado principalmente para niñxs, pero sus símbolos resuenan tanto en ti que sigues conectando con ellos. De hecho, algunas personas llevan tan lejos este vínculo con Disney que deciden reservar entradas para Disneyland con la principal intención de esparcir allí las cenizas de sus seres queridos.
Porque sí: la leyenda es cierta. Aquellas historias que hablaban de gente colando cenizas en el parque y lanzándolas al aire eran ciertas, como descubrió el periodista Erich Schwartzel, del The Wall Street Journal, a través de un extenso reportaje. Al parecer, las esconden dentro de las bolsas de maquillaje, dentro de los frascos de pastillas o en el fondo de las mochilas. Pasan los controles sin problemas. Una vez dentro, basta con encontrar un rincón en el que no haya personal del parque. No obstante, estos actos no siempre pasan desapercibidos: tal como explicaba Eric en su trabajo, los empleados de limpieza de Disneyland cuentan con un código para identificar las cenizas: HEPA cleanup.
¿Qué significa exactamente?
Pues que deben pillar una de esas aspiradoras ultrapotentes que tienen en los almacenes para recoger partículas diminutas. O dicho de otra manera: cenizas humanas. Y no te creas que ocurre poco: como mínimo una vez al mes se ven obligados a sacar las aspiradoras especiales y usarlas en algunas de las zonas más míticas del parque: que si la Mansión Encantada, que si Piratas del Caribe, que si It’s a Small World... Una forma de tributo. Un homenaje a los recuerdos compartidos. Una última aventura. Para esas personas tiene una importancia enorme. Incluso puede ayudarles a transitar el duelo de una manera muchísimo más amable. A sanar un poquito.
Por supuesto, a Disney no le hace mucha gracia nada de esto. Al fin y al cabo, para la inmensa mayoría de quienes visitan sus parques la idea de respirar cenizas humanas resulta indeseable o incluso tétrica. Imagínatelo: estar subido en una montaña rusa temática y que te caigan en la cara. O andar disfrutando del clásico espectáculo de fuegos artificiales y respirarlas. O simplemente visitar el parque con la duda de si hay restos de una persona flotando a tu alrededor. De ahí que la compañía lo prohíba claramente. Sin embargo, parece difícil que vaya a lograr erradicarlo. Después de todo, para mucha gente Disneyland es un punto de encuentro emocional con quienes ya no están.