Unas vacaciones veraniegas en Australia. O en California. O en Japón. Tu gran temor son los tiburones. Y es normal: cada año se producen de media 64 ataques de estos animales a personas en todo el mundo. No es una barbaridad, pero sumado a su terrorífico aspecto y a la imagen espeluznante y maligna que existe en el imaginario popular, da lugar a mucho cuidadito. Con los delfines es diferente. Su fama es muchísimo más amable. Su juguetonería es legendaria. Y hasta dan ganas de abrazarlos. Aunque quizá desde ahora ya no: los casos de ataques de delfín a seres humanos no han parado de aumentar desde el año 2022, especialmente en las zonas costeras del país nipón.
Y lxs expertxs tienen varias explicaciones para este fenómeno, que se salda en ocasiones con mordeduras leves y otras con mordeduras más graves que requieren puntos de sutura e incluso con costillas rotas. En primer lugar, está el comportamiento inadecuado de la gente. Tal y como apuntan desde Xataka, “se sabe que los mamíferos muerden o tiran de las personas bajo el agua cuando se sienten amenazados, acosados o, importante, se acostumbran a ser alimentados”. Es decir, que si alguien entra con comida para hacerse amigx de los delfines, cabe la posibilidad de que se pongan insistentes e incluso agresivos cuando no la reciban. Son criaturas salvajes al fin y al cabo.
La autodefensa, otra razón más
En segundo lugar está la autodefensa de sus necesidades. Según este mismo medio, “los expertos también han indicado que los delfines pueden atacar si perciben que los humanos que nadan en lugares importantes para sus actividades de búsqueda de alimento o reproducción están ignorando las señales de advertencia de los animales”. Señales que por supuesto no conoces. Es necesario recordarlo: los delfines no son mascotas ni animales de luz que vivan para hacer de tu vida una experiencia más mágica. Tienen sus propios intereses. Y quieren que no se los frustres simplemente metiéndote en su hábitat y espantando a sus potenciales presas o potenciales parejas sexuales.
Y en tercer y último lugar está el hecho de que sea cosa de uno o varios delfines extremadamente agresivos. Porque al final hablamos de especie que, como en cualquier otra, incluida por supuesto la humana, hay tantas personalidades como ejemplares. “A este respecto, Ryoichi Matsubara, director del Acuario Echizen Matsushima en Fukui, le dijo al New York Times que las fotos y los vídeos que revisó de los ataques de 2022 y 2023 parecían mostrar al mismo delfín mular del Indo-Pacífico macho”, aunque no parece ser así durante los ataques del 2024. En cualquier caso, añade Matsubra, “la gente piensa que son adorables pero los expertos les tenemos miedo”. Ahí queda dicho.