Cada generación se desarrolla en un contexto único. Las más mayores, las que crecieron desde mediados del siglo XX en adelante, han tenido muchos más problemas para entrar en el mundo digital que la generación Z, para quien manejar la red ha sido prácticamente como andar. Pero esto también ocurre en la otra dirección: hay muchas tareas del día a día, relacionadas especialmente con las habilidades manuales, que las generaciones previas controlaban, pero que nosotros ignoramos por completo. Conscientes de ello, están surgiendo cada vez más cursos universitarios en los que te enseñan a hacer todas esas cosas cotidianas a las que no sabes como meterle mano.
Como explica la periodista Bárbara Bécares, hay varios ejemplos actualmente en marcha. “Por ejemplo, desde 2023, la Universidad de Waterloo (Canadá) ha estado ofreciendo un programa en línea llamado Adult 101, que proporciona a los estudiantes una amplia documentación de habilidades importantes para la vida, como limpieza, nutrición básica e incluso la forma más efectiva de comprar en los supermercados”. Tareas que otras generaciones iban aprendiendo poco a poco durante su infancia y su adolescencia, pero que por alguna razón la generación Z no, y que son esenciales para funcionar en el mundo. A menos que seas rico y otra persona lo haga por ti.
No es el único caso: parece ser que en otras universidades norteamericanas, como la Riverside en California o Estatal de Michigan, se están ofreciendo también cursos para desenvolverse en la vida adulta. No es que los rectores noten que su alumnado está falto de conocimientos prácticos de ese tipo. Es que la propia gen Z suele confirmar que efectivamente no se siente formada para según qué tareas diarias. Sobre todo en lo que respecta a la gestión del dinero propio y a la gestión de las relaciones sociales. Cómo dividir los ingresos en ahorros y gastos. Cómo hacer la declaración de la renta. Cómo actuar en situaciones de ansiedad social. Cómo hablar con desconocidos.
Y basta ya de echarnos la culpa. Nadie en este mundo nace sabiendo hacer nada y si con 20 años no sabes cambiar una rueda o cocinar un buen plato de cuchara es porque nadie te ha enseñado. Y sí, tienes internet para consultar y buscar tutoriales, pero no es lo mismo que aprenderlo de manera orgánica en tu casa cuando eres pequeño. Está claro que nuestra sociedad ha ido perdiendo poco a poco la transmisión de conocimientos prácticos en el hogar. Seguramente a causa del deterioro de tiempo familiar de calidad por culpa de tanta pantalla. Pero a esos cursos universitarios sí que va gente. Sí que estamos interesados. Porque queremos saber hacer las cosas.
