TikTok se ha llenado de vídeos de chicas explicando que son las hermanas mayores de sus familias y que son las que cargan con más presión: las que tienen que hacerse cargo de los demás, las que siempre aparentan ser responsables e independientes, pero que después lloran solas. Muchas de ellas lo han compartido bajo la etiqueta “síndrome de la hija mayor” o “eldest daughter syndrome”.
Es cierto que siempre se acostumbra a decir que el orden de nacimiento influye en el carácter de los hijos: el mayor es el más responsable y que tiene más presión por parte de los padres, mientras que el pequeño es el mimado y consentido. Si a esto le sumamos la desigualdad de género, donde a las niñas siempre se les exige ser más formales, más responsables y más tranquilas que a los niños, es normal que muchas chicas se sientan representadas con esta descripción del “síndrome de la hija mayor”. El intentar ser independiente, no preocupar a tus padres, pero después estar en tu habitación llorando en silencio o medio de un ataque de ansiedad.
@anaaaime13 This is me in the middle of a panic attack. Being the eldest daughter was never a problem for me, but I’ve been raising myself protecting others, fighting all my demons alone, discovering my true self alone, definitely took courage and sacrifice. Cheers to us eldest daughters, may we know them, may we be them, may we raise them♥️
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No hay una base científica que justifique vuestras diferencias
Sin embargo, es importante destacar que el “síndrome de la hija mayor” no es un diagnóstico médico ni psicológico con una base científica. Simplemente, es una descripción con la que muchas se sienten identificadas y que se ha creado en redes.
La terapeuta Kati Morton, advierte en el New York Times que no se debe dar demasiada importancia a esta noción, ya que la personalidad y el desarrollo psicológico de una persona están influenciados por una amplia variedad de factores, no solo por el orden de nacimiento en la familia.
De hecho, la creencia popular de que el orden de nacimiento influye no está del todo comprobada por la ciencia, ya que los distintos estudios que se han hecho arrojan resultados contradictorios. Mientras algunos sí que apuntaban a una clara influencia sobre la personalidad, otros no acaban de encontrar una relación sólida.
A pesar de la falta de evidencia científica sólida que respalde la existencia del “síndrome de la hija mayor” como un fenómeno psicológico concreto, sí que es cierto que esta tendencia está ayudando a reflexionar sobre el papel que tenemos dentro de nuestra familia. Estamos en una época donde cada vez más personas van a terapia o intentan autoconocerse y esta tendencia no deja de ser un reflejo de ello.