En Nueva York poner los cuernos aún es ilegal. Sí, sí, como lo lees. Aunque parece un argumento sacado de la letra escarlata o del franquismo. Hasta el 1978 en España poner los cuernos si eras una mujer estaba penado con hasta seis años de cárcel. Si eras hombre, te podías librar siempre que lograrás convencer al juez de que no sabías que la mujer estaba casada. Pero volviendo a la cuestión de Nueva York, en este estado aún se considera un crimen ser infiel.
Igual que hasta hace nada no tenías camiones de basura para vaciar los contendedores (de hecho reconocieron que se inspiraron en el sistema de Barcelona), pues resulta que esta ley sigue vigente. Aunque al igual que el sistema de recogida de basura, Nueva York está a punto de dar un salto en el tiempo hacia el siglo XXI.
La asamblea de este estado ha aprobado un proyecto de ley para derogar la antigua legislación que establecía la infidelidad como un delito menor, castigado con hasta 90 días de prisión. La decisión está ahora pendiente de aprobación por parte del Senado estatal. Cabe decir que se trata de un mero formalismo, ya que esta figura penal había caído en desuso desde hace décadas, sin que nadie fuera acusado en los últimos 14 años. La última vez que se aplicó fue en 2010, cuando una pareja fue sorprendida manteniendo relaciones sexuales en un parque.
La iniciativa para derogar esta ley ha sido impulsada por el diputado estatal demócrata Charles Lavine, quien argumenta que esta normativa es un anacronismo que carece de sentido en la sociedad actual. Lavine afirma que “hemos recorrido un largo camino desde que las relaciones íntimas entre adultos se consideraban inmorales”, y que esta ley simplemente reflejaba la indignación moral de algunos individuos.
Nueva York no es el único estado en los Estados Unidos que criminaliza el adulterio. De hecho, hay 16 estados más que aún mantienen esta legislación, entre ellos Oklahoma, Wisconsin y Michigan. En el caso de Nueva York, la ley es del 1907, cuando se definió el adulterio como el establecimiento de relaciones íntimas por parte de una persona cuyo cónyuge aún está vivo con alguien que no es su pareja legal. A pesar de que esta ley ha estado prácticamente en desuso durante décadas, ha tenido una utilidad indirecta como el único motivo legal en muchos estados para obtener el divorcio.