Con el paso del tiempo, la salud mental se ha convertido en un tema de creciente preocupación en la sociedad. Esto no necesariamente significa algo negativo, sino que por fin se están poniendo sobre la mesa temas que previas generaciones preferían ignorar. Solicitar ayuda profesional ha dejado de ser un mito pues el 50 por ciento de los jóvenes Z, nacidos entre 1997 y 2012, afirma recibir tratamiento por ansiedad, depresión, trastorno de estrés post traumático, entre otros problemas de salud mental, según revela el reciente estudio ‘Generation Z: Shaping the Future of Consumer Trends’ de la consultora Oliver Wyman. ¿Cuáles son esos factores que hacen a la Generación Z buscar ayuda profesional? Es crucial entender y atender esta situación de manera informada y dinámica.
Detrás de las cifras
La presión social, el aumento de las expectativas académicas y la exposición constante a través de las redes sociales son algunos factores únicos que pueden influir en la calidad de la salud mental de los Z’s. Sumado a todo ello, la pandemia ha exacerbado también estos problemas, ya que han tenido que adaptarse a cambios abruptos en su estilo de vida y han enfrentado el aislamiento social. Pero no todo está perdido, por supuesto que no. Como respuesta a esta serie de circunstancias, el estudio revela también la voluntad de la Generación Z de buscar ayuda profesional.
Aproximadamente la mitad de los jóvenes de esta generación ha buscado tratamiento para lidiar con problemas de salud mental, lo que demuestra una mayor conciencia sobre la importancia de cuidar su bienestar emocional. Terapias, asesoramiento psicológico y grupos de apoyo son algunas de las opciones a las que recurren. Este enfoque proactivo es una señal alentadora, ya que indica que están dispuestos a romper el estigma que históricamente ha tratado de desacreditar los tratamientos para abordar problemas de salud mental.
Pacientes online
El estudio reveló además que un 24 por ciento utiliza (o ha utilizado en los últimos dos años) servicios de terapia en línea. Esto muestra la apertura de la Generación Z en incorporar la tecnología como apoyo en el tratamiento y su predisposición a recibir ayuda de maneras no totalmente convencionales. Las aplicaciones y plataformas en línea ofrecen acceso a recursos y herramientas que pueden ayudar a gestionar el estrés y la ansiedad. Desde aplicaciones de meditación hasta comunidades en línea donde pueden compartir sus experiencias, estos recursos digitales han hecho que sea más conveniente buscar apoyo y consejo.
Definitivamente la salud mental en la Generación Z es un tema de muchísima importancia. Con una mayor conciencia sobre su bienestar emocional, aproximadamente la mitad de los jóvenes de esta generación busca tratamiento para abordar problemas de salud mental. Y esta es la señal que necesitábamos para saber que vamos en el camino correcto: no se puede sanar lo que no se trata. Por más que muchos detractores la cataloguen como ‘la generación de cristal’, este grupo etario será siempre recordado por cambiar paradigmas y buscar el bienestar desde adentro. Porque requiere mucho valor hacerle frente a aquello que nos atormenta. De cristal, nada.