Probablemente ya hayáis experimentado vivencias como pareja que os han resultado desafiantes e incluso que os han puesto al límite. Y si no lo habéis hecho, simplemente esperad: los conflictos aparecen tarde o temprano. Es ley de vida en las relaciones humanas. En este sentido, lo que marca la diferencia son las herramientas de las que dispongáis para sobreponeros a ellos. Hay muchas, pero la ciencia de la psicología de las relaciones tiene claro que una de ellas resulta especialmente valiosa: la capacidad de respuesta.
Mostrar verdadero interés
Y no hablamos de responder en Whatsapp cada cinco segundos. La responsiveness, como la conocen lxs psicólogxs anglosajonxs, implica estar ahí para la otra persona cuando lo necesita, mostrar verdadero interés en lo que tiene que decir, probar que se está comprendiendo eso que tiene que decir y ofrecer una respuesta acorde a sus necesidades. Los retos llegarán. Las circunstancias adversas se presentarán en la mismísima puerta de vuestra relación. Pero si mantenéis activa la capacidad de respuesta seréis más fuertes.
Así lo explica el investigador psicológico estadounidense Dave Smallen, de la Metropolitan State University, en una artículo para Psychology Today: "La capacidad de respuesta nos ayuda especialmente a cultivar la cercanía y la confianza de la intimidad al responder con compresión, validación y cuidado cuando la otra persona se abre y comparte pensamientos, sentimientos y experiencias vulnerables", lo que provoca un inevitable incremento de "la calidad de las relaciones a largo plazo y la salud mental personal". Y no solo mental.
Salud emocional y física
Según este mismo especialista, "las personas que sienten que sus parejas románticas son receptivas en todo el arco de su relación incluso experimentan una mejor salud física a largo plazo". Y no debería sorprenderte. Al fin y al cabo, tener a tu lado a alguien que responde con amor a tus solicitudes directas o indirectas de apoyo te proporciona tranquilidad. Una tranquilidad que reduce afecciones psicológicas como la ansiedad o el estrés, las cuales están relacionadas a su vez con afectaciones físicas en el organismo.
Pero cuidado. Escuchar pasivamente a tu pareja no es sinónimo de mostrar responsiveness. En palabras de Smallen, "no es suficiente para mí entenderte genuinamente y preocuparme por ti: debo comunicar con éxito esa comprensión y cuidado para que me interpretes como receptivo". Algo que puedes hacer de manera sencilla. La próxima vez que tu pareja se abra emocionalmente, déjala terminar y entonces verbaliza el hecho de que la estás entendiendo de verdad y de que pueda contar contigo para superarlo.