Gestos físicos que indican que está ligando sutilmente contigo

No todo el mundo es súper directx. A veces el interés romántico-sexual se manifiesta en pequeños detalles

En un extremo la preocupación de que esté metiéndote ficha y dejes pasar la oportunidad por empanadx. En el otro el miedo a montarte una película inexistente y quedar como unx auténtico flipadx. Y justo en medio tu torpeza para reconocer cuando alguien está mostrando algún tipo de interés romántico-sexual por ti. Haces mil matemáticas en tu cabeza. Sumas esa frase sugerente que te soltó hace unas semanas con el emoticono que te envió hace unos días y le restas aquella otra frase menos entusiasta de la última vez que os vísteis. Pero no te aclaras. Es el momento de tirar de memoria para ver si ha realizado contigo alguno de los tres gestos físicos habituales del filtreo sutil.

El primero de ellos, escriben en la revista digital BestLife, es el aparentemente inocente acto de colocar su mano en tu rodilla. A veces ocurre porque la otra persona se siente lo suficientemente cómoda y atraída como para buscar un contacto relativamente seguro. Otras desde una conciencia plena de lo que está haciendo: como explica el especialista en citas Jacob Lucas en uno de sus vídeos en TikTok, se trata de un acto “informal que rompe la barrera del tacto y definitivamente pone caliente”. Dicho esto, y si tú no estás interesadx en esa persona y no te sientes a gusto con ese breve toquecito, házselo saber. La gente a veces explora los límites. Tú te encargas de establecerlos.

Más gestos que os delatan

Pero demos por hecho que sí. Que a ti también te mola. Que toda esta actividad detectivesca tiene que ver con unas ganas tremendas de darle unos buenos bocados. En ese caso, presta atención a un segundo gesto físico que, aunque es muy habitual que pase desapercibido, revela muy claramente la alegría que siente esa otra persona cuando le hablas: la inclinación de la cabeza. En palabras de Lucas, “es algo evolutivo que demuestra que nos sentimos cómodos con la gente”. De nuevo, puede que lo haga inconscientemente o que esté utilizándolo como un arma de comunicación de receptividad. Al fin y al cabo, es un gesto que también impacta positivamente en quien lo recibe.

Por último, Lucas anima a buscar en la videoteca mental para recordar momentos en los que pudo haber tocado tu ropa de alguna forma. Tal vez con la excusa de sentir el tejido. Quizás para quitarte un poquito de polvo de encima. O simplemente como una breve caricia amable que acompaña a sus palabras. A veces, y esto es muy interesante, la otra persona acaricia objetos cercanos como caricia sustituta, sobre todo en aquellos casos en los que no se atreve a tocarte directamente a ti. Como bonus, lo de abrir mucho los ojos y morderse los labios también son a menudo signos de interés. Y recuerda: a ti también se te escapan. Es posible que ya sepa que te gusta.