4 evidencias de que sufres miedo al abandono en tus relaciones

A veces levantas muros. Otras te entregas demasiado pronto. Siempre es la herida de apego de la infancia

El miedo al abandono condiciona profundamente las relaciones. Como asegura la psicóloga Annie Tanasugarn en un artículo para Psychology Today, las personas que lo experimentan “pueden volverse ansiosas, evasivas o vacilar entre ambos extremos, especialmente cuando sus miedos afloran”, algo que generalmente ocurre cuando viven con la figura romántica alguna situación que les recuerda más conscientemente o más inconscientemente a situaciones desagradables que vivieron en la infancia con sus figuras de apego. Situaciones que les hicieron sentir inseguras o abandonadas. ¿Pero cómo saber si te ocurre? Según la propia Tanasugarn, existen algunas señales recurrentes a las que puedes atender.

Como mantener a los demás fuera. En palabras de esta especialista, “muchos de los que han experimentado el abandono durante sus años de formación han construido muros emocionales”, ya que aprendieron erróneamente que la vulnerabilidad conduce a sentimientos mucho más dolorosos en el momento del abandono. Un abandono que en el fondo consideran inevitable. Así que distanciarte, inventarte excusas que sirvan para echar de tu vida a alguien que comienza a importarte, salir corriendo a las primeras de cambio, suena en tu mente como una estrategia de autoprotección y de autocuidado de lo más lógica. Solo que en realidad no lo es: el abandono no está ni mucho menos asegurado y ser vulnerable es necesario para vivir una buena vida.

Deberías reservar algo para ti

¿Pero sabes qué no lo es? Acelerar las relaciones románticas, “compartir demasiados detalles íntimos sobre ellos mismos demasiado pronto o compartir información personal con las personas equivocadas con la esperanza de que una relación se acelere”. Entregarte de una manera totalmente desproporcionada. Confundir el apego más inseguro, la herida de infancia, el temor al rechazo, la necesidad de validación, con una verdadera conexión entre dos seres humanos. Es la otra cara de la moneda del miedo al abandono. Todo esto, sea un apego enfermizo o un levantamiento de muros, conduce habitualmente a una tercera señal clave: un historial de relaciones fracasadas muy extenso. No suele irte demasiado bien en el amor.

Por último, y como cuarto síntoma de miedo al abandono, está la fragilidad de la identidad propia: “Muchos con un frágil sentido de sí mismos adoptan los gestos, creencias, pensamientos, sentimientos, opiniones y comportamientos de sus seres más cercanos en un intento por reducir los temores al abandono”. Esto conduce inevitablemente a la desorientación, a no tener una personalidad sólida que se mantenga más allá de tus relaciones, a cambiar conforme el viento cambie de dirección. Es aquí, según la experta, donde deben concentrarse los esfuerzos para superar el miedo al abandono: en construir una identidad propia fuerte y en aprender a estar bien solx antes de embarcarse en ninguna clase de aventura romántica.