Si crees que los videojuegos son solo explosiones y batallas, quizá este te sorprenda. Se llama Neva y ha sido creado por el estudio barcelonés Nomada Studio, encargado de otras creaciones mundialmente famosas, como Gris, que fue creada a partir de pinturas en acuarela. Neva es un videojuego que habla del valor del cuidado, al explorar el vínculo entre una guerrera llamada Alba y su compañera, una loba llamada Neva.
Con cuidadas ilustraciones del ilustrador Conrad Roset y con el sello de la compañía de videojuegos Devolver Digital, ofrece una experiencia sensible en la que el amor y el cuidado juegan un papel central en la historia.
Un universo único y cuidado al detalle
El videojuego nos guía por un mundo decadente en el que Alba y una loba cachorra se enfrentan a desafíos y monstruos mientras su relación crece y se transforma. El juego plasma una relación entre ellas dos que evoluciona con el tiempo, desde el cuidado inicial de la pequeña lobezna, hasta entender sus impulsos adolescentes y finalmente aceptarla como un ser independiente, algo así como una metáfora de la paternidad.
Los creadores del videojuego, Conrad Roset -que acababa de ser padre cuando crearon el juego- Roger Mendoza, productor, y Adrian Cuevas, director técnico, también estuvieron influenciados por la crisis climática actual.
Nomada Studio ha diseñado Neva desde un cuidado especial por los detalles. Por ejemplo, el juego no tiene muchos elementos en pantalla que distraigan; sino que te sumerges en un paisaje que cambia con las estaciones y que adapta sus colores y atmósfera al crecimiento de los personajes.
Cada estación refleja un momento en la vida de Alba y Neva, lo que hace que el jugador viva esos momentos casi como si fueran propios. Y, como en Gris, la música vuelve a jugar un papel importante: el grupo Berlinist, también de Barcelona, ha creado una banda sonora que acompaña de manera íntima cada escena.
Neva incluye combates, aunque el verdadero reto es emocional: cada enemigo, cada obstáculo, refuerza la idea de proteger a alguien querido, de ser capaz de cuidar y también de dejar ir. En este sentido, Neva no es solo una aventura, es una reflexión sobre el cuidado y la conexión.