Probablemente te haya pasado alguna vez: te situaste frente al espejo, te quedaste mirando fijamente tu propio reflejo y al cabo de un rato esa cara tan sumamente conocida para ti comenzó a parecerte extraña y ajena. Es como si la estuvieras viendo bien por primera vez en tu vida. La percibías de una manera distinta. Y quizás te haya pasado también con una palabra. Empezaste a repetirla tantas veces en voz alta o dentro de tu cabeza que poco a poco dejó de sonar normal. En ese momento te sonaba ridícula. Sin sentido. Un fenómeno, conocido como jamais vu, que significa ‘jamás visto’ en francés, por el cual dejas de ver como normales cosas que tenías interiorizadas desde hace muchísimo tiempo.
¿Pero por qué te ocurre esto? ¿Qué tipo de bug hay en tu cerebro para que olvides durante segundos recuerdos tan afianzados como tu propio rostro o la palabra ‘perro’? Según Akira O’Connor y Christopher Moulin, dos de lxs investigadorxs psicológicxs que más tiempo han dedicado al estudio del jamais vu, este evento mental tiene lugar debido a una sobrecarga sensorial. Como ellxs mismxs declararon en la revista de carácter científico ScienceAlert, “la principal explicación es la de la saciedad cerebral, que pasa por sobrecargar verbal o mentalmente algo hasta que se vuelve absurdo”. En cierto sentido, y después de exponerse una y otra vez al mismo estímulo, tu cerebro cortocircuita.
Tiene mucho sentido
Lo hace porque determinados procedimientos que suele realizar de manera automática, como observar tu cara o comprender el significado de una palabra, de pronto y a base de reiteración pasan a ser algo así como manuales. Tu atención está puesta en ello. Pero de una forma muy intensa. En palabras de ambxs especialistas, “el jamais vu nos ayuda a salir de nuestra forma de procesar la realidad continuamente, y la sensación de irrealidad que imprime es, paradójicamente, una obsesión por comprobar la realidad”. Míralo de esta manera: al concentrarte en una palabra tan profundamente estás sobreactivando la función de verificación de tu cerebro. Ahora ve patrones donde no los hay.
Esta obsesión por comprobar la realidad de una manera tan meticulosa, en lugar de una manera más relajada y basada en lo que el cerebro ya tiene almacenado previamente, evidencia en muchas ocasiones una necesidad patológica de control. De hecho, explican en El Confidencial, se piensa que el jamais vu podría constituir “un síntoma muy concreto del trastorno obsesivo compulsivo (TOC)”, una patología que se fundamenta precisamente en compulsiones destinadas a generar tranquilidad ante una realidad que se siente insegura y descontrolada. Pero esto no significa que solo pueda ocurrirles a personas con TOC. Ponte a repetir una palabra en voz alta y verás. La mente es maravillosa.