Sensación de vacío, bajona, una especie de “resaca emocional”. Y no, no estamos hablando de una ruptura o el después de una noche inolvidable, sino que hablamos de lo muchas swifties han identificado como la “depresión post-Taylor Swift” para referirse al después del concierto del Eras Tour. Cuando creíamos que la cantante norteamericana no podía despertar más sentimientos en sus fans, aparece una nueva versión. De la adrenalina y enloquecimiento para conseguir una entrada (en cualquier punto del mundo, cogiendo vuelos si hacía falta), a la pena del “ya se terminó”.
Esta depresión post-Taylor Swift se debe a algo muy común en otras situaciones: después de una gran expectación y preparación de cara a esa fecha es normal que una vez ha pasado tengamos esa sensación de vacío, ya que por mucho tiempo ese evento ha ocupado nuestra mente, ya se ha terminado. De repente hay un gran espacio donde antes había toda esa energía y pensamientos. Todas esas horas escuchando las canciones, aprendiendo las letras, pensando en el outfit...
Síntomas más comunes
Además cuando llega el momento del concierto, la experiencia es profundamente emocional por toda la proyección puesta en ella. También se trata de una especie de comunión con el resto de fans donde todo el mundo comparte la misma felicidad y euforia, lo que aún da una mayor sensación de plenitud. La atmósfera especial del concierto, que proporciona un espacio seguro y empoderador, contrasta fuertemente con la rutina diaria a la que se debe volver.
El Dr. Douglas Mennin de la Universidad de Columbia explica en USA Today que el fin de un evento muy esperado puede afectar varios aspectos del funcionamiento emocional, especialmente debido a la dificultad de creer que algo tan bueno pueda repetirse. Esto puede llevar a una sensación de desesperanza sobre el futuro.
Hay diversas maneras para lidiar con esta resaca emocional post-concierto. Por ejemplo, aunque parezca contraproduente, ver los videos grabados durante el concierto o crear un álbum de fotos puede ayudar a procesar lo vivido y darle otro espacio en nuestra mente. De hecho, puede funcionar como una especie de “metadona visual” que ayuda a sobrellevar la ausencia de la emoción vivida en el concierto.
Sin embargo, si pasan los días y sientes que no mejora la cosa, puede que lo que tienes no sea tanto una depresión post-Taylor Swift como algún otro problema que, por lo que sea, ha salido a flote en ese momento. A veces cuando vivimos experiencias muy fuertes se nos remueven otros espacios cerrados de nuestra mente y puede que salgan a lucir otros sentimientos (relacionados con otros temas).