Si por ti fuera trabajarías completamente solx. Es ahí cuando te sientes más productivx. Cuando todo depende exclusivamente de ti. Cuando no tienes que negociar con nadie más ni ajustarte a las demandas de otrxs compañerxs. Pero las cosas rara vez funcionan así: lo más normal es que tengas un equipo de trabajo con el que debas coordinarte todos los días. Y en realidad es bueno. Siempre que haya un buen ambiente y una dinámica armónica, el trabajo en equipo resulta tanto más efectivo como más placentero. El problema es que no siempre resulta fácil alcanzar esa armonía. Berto Pena, especialista en productividad, afirma que hay cuatro detalles claves que ayudan a ello.
”El primero es acordar dentro del equipo cómo vais a actuar, es decir, crear protocolos con los procedimientos que se van a realizar: a través de qué canal os vais a comunicar, cómo anunciar un retraso o cómo se informe de los progresos”, apuntan desde Business Insider basándose en las hipótesis de Pena. Porque la buena comunicación es diferencial. Si cada unx de lxs miembrxs del equipo va a lo suyo, haciendo la guerra por su cuenta y no teniendo informado a lxs demás, las probabilidades de que las cosas fallen son muchísimo más altas. Debéis trabajar con una especie de mentalidad de colmena: todo lo que hagáis o no hagáis tiene que ser transmitido al resto del equipo.
Lo segundo es establecer fechas límites. Como escriben desde este medio, “hacerlo hará que la organización sea mucho más llevadera y te ayudará a anticiparte a las entregas”. Nada de “tenlo cuando puedas” porque eso resulta demasiado subjetivo. Debe haber indicaciones claras para todxs. Eso sí: deben ser fechas realistas. Sois un equipo con unos objetivos, pero ante todo sois compañerxs y debéis cuidaros no fomentando ninguna clase de explotación laboral. Ah, y como tercer consejo, Pena recomienda ir cerrando frentes abiertos antes de pasar a tareas secundarias. Hay que terminar lo que se empieza. Y si alguien se atasca que pida ayuda. Estáis juntxs en esto.
”Finalmente, Berto Pena señala que crear un sistema de alerta ante posibles urgencias es de vital importancia, pues así evitarás que algo poco importante termine convirtiéndose en una situación irreversible”. Aquí la llave es el análisis previo. En concreto, deberíais estudiar cuáles son las posibles situaciones embarradas que podríais encontraros a lo largo del proyecto, de forma que podáis preparar un plan de comunicación y un plan de choque para solucionarlas lo antes posible. Que alguien enferme. Que un cliente no envíe cierta info a tiempo. Que los plazos se estrechen por órdenes de arriba. Mejor prevenir que curar. Los buenos equipos saben anticiparse.