Histrionismo estético o cómo querer diferenciarse y acabar vistiendo igual

La paradoja de querer ser diferente y acabar como todo el mundo

Probablemente, vivamos en uno de los mejores momentos de la moda. La mezcla de tendencias, desde el Y2K hasta el ghotic core, ha dado lugar a un eclecticismo estético donde todo vale. Como decía Bad Gyal, la moda es para divertirse, ahora bien, el juego de estilos y las mezclas están llegando a puntos insospechados.

Sí, seguramente que revisando tu Instagram esta semana te has encontrado con centenares de fotos de gente yendo al Primavera Sound. Igual que hace unos meses también pasaba con el Coachella y los miles de tiktoks sobre los mejores outfits. Ahora bien, aquí no vamos a hablar sobre les mejores outfits festivaleros, sino cómo el eclecticismo estético ha derivado en histrionismo.

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Histriónico o histriónica es aquella persona que es exagerada, excesiva, que busca llamar la atención. Mucho. Cuando hablamos de histrionismo estético nos referimos a esa expresión en la manera de combinar la ropa que busca ser excesiva, sin ton ni son.

Se trata de un estilismo que roza la estética kitsch, pero que, expresamente, busca ser hortera. Desafinar todo el rato como estilismo. Y es que una de las maneras más prácticas de destacar es desentonar. Durante la época festivalera es cuando más fácil puede verse este histrionismo estético.

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Querer experimentar con la ropa es genial. Buscar el límite y excederlo también. De hecho, el eclecticismo a la hora de vestir lo que permite es diferenciarse, crear un estilo único. Ahora bien, se está dando la paradoja de que incluso de este supuesto eclecticismo y mezclum de prendas totalmente disonantes se ha acabado uniformando. Lo que era diferente se ha vuelto norma.

Lo de querer ser únicos y diferentes, y acabar siendo todos iguales, es un clásico. La paradoja que siempre se repite y que en esta ocasión se ha dado con la ropa. Aunque esto tampoco no es nada nuevo. En la esencia de la moda está el querer destacar, el querer diferenciarse y mostrar una personalidad única.

La única problemática que hay en ello es que este histrionismo ha llegado a un punto en el que se pierde todo el sentido estético. Que se combinan prendas por combinar, sin ningún propósito ni objetivo, más allá de generar una especie de explosión que tienen los mismos efectos que la escopeta de maquillar de Homer. La única idea es que cuanto peor, más único o más alternativo puedes parecer.