‘Phone Free February’: el reto de desconexión digital que necesitas

Tienes dos modalidades: la light y la hardcore. Tú decides en cuál te inscribes según tu fuerza mental

Son varios los estudios científicos que han probado la relación entre el abuso del smartphone y el empobrecimiento de la salud mental. Pero seamos honestxs: no necesitas de ninguna investigación para saber que pasas mucho más tiempo del que deberías enganchadx a tu teléfono y a las redes sociales. Para reconocer que tienes una dependencia brutal de esa pequeña maquinita que llevas en el bolsillo en todo momento. Para admitir que no siempre te sientes bien después de pasarte horas sumergidx en su interior. En unos contenidos diseñados expresamente para hackear tu sistema dopaminérgico. ¿Quieres superarlo? Pues deberías sumarte al movimiento Phone Free February.

Ideada por dos integrantes de la organización sin ánimo de lucro Global Solidarity Foundation, el Phone Free February es un reto de descanso digital limitado al mes de febrero con dos modalidades diferentes. Por un lado, y si no te ves capaz de cortar por lo sano, tienes la modalidad phone-flex. En palabras de los propios autores, “esta es una excelente manera de comenzar si estás pensando en cambiar tu forma de vivir y de usar tu teléfono. Elige entre una variedad de hábitos y prácticas sugeridos para el mes de febrero que te ayudarán a reducir el uso del teléfono”. Se trata de marcar distancia. De poner barreras entre tú y tu smartphone. De aprender a desapegarte de él.

Modalidad phone-free

Por otro lado, y si te ves con fuerzas para un desapego más radical, tienes la modalidad phone-free: “Este es nuestro nivel avanzado para los escépticos más exigentes y comprometidos con los teléfonos. Guarda tu móvil en una caja durante un mes y observa qué sucede. ¡Este nivel requiere una preparación adecuada y mucho compromiso!”. Una decisión estricta que te duele solo con imaginarla. Caminarás de un lado a otro de tu casa con las manos vacías. Verás los episodios de tus series favoritas sin interrupciones. Sin contestar whatsapps. Sin entrar de vez en cuando en TikTok. Sin echarle cuentas a Bluesky. Será cómo volver a 1995. Una vida más serena y tranquila.

Pero el reto tiene un objetivo mucho más ambicioso que simplemente curarte de tu adicción. En realidad, y como apuntan desde El País, este movimiento pretende ayudarte a invertir tu tiempo en lo que de verdad te enriquece. A descubrir cuánto puedes hacer que te gusta si no hay un aparatito reclamando tu atención constantemente. A establecer prioridades que hagan que tu vida sea más bonita. ¿Es difícil? Mucho. Mucho porque los teléfonos están configurados para aprovechar tus debilidades biológicas. Son la droga definitiva. Pero merece la pena. Tal vez sea el principio de una existencia mucho más significativa. ¿Qué? ¿Te animas a inscribirte?