La brecha emocional entre mujeres y hombres se dispara a partir de los 14 años

No la explican las diferencias biológicas. Hay un fuerte componente sociocultural

¿Una brecha más? Una brecha más. Porque sí: a partir de la pubertad, la gente experimenta una crisis emocional que no es para nada igual de intensa en hombres que en mujeres. Como explican en una publicación para The Conversation lxs investigadorxs Alejandro Legaz, Carmen Mayolas-Pi y Joaquín Reverter, “en nuestros estudios recientes sobre ansiedad, sueño, depresión, calidad de vida y riesgo de trastornos alimentarios, analizamos datos de más de 10.000 adolescentes españoles de entre 11 y 19 años” y “los resultados fueron claros: la brecha emocional entre chicas y chicos no solo existe, sino que aparece temprano y se intensifica con la edad”.

En concreto, parece ser que la edad clave para el surgimiento de esta brecha son los 14 años. Antes de cumplir esa edad, de media, las adolescentes y los adolescentes muestran niveles similares de bienestar emocional, pero a partir de ahí la cosa se va poniendo más y más dispar. Y no, no parece que las particularidades biológicas sean suficientes para darle sentido a este fenómeno. Como no podía ser de otra forma, porque ya lo vemos en la sexualidad y en muchísimos otros aspectos, la diferencia de trato de la sociedad hacia los hombres y hacia las mujeres tiene mucha culpa de que ellas lo pasen mucho peor durante este periodo de sus vidas.

En palabras de estxs tres investigadorxs, “mientras para muchos chicos la madurez representa más independencia, para muchas chicas implica mayor presión, más expectativas y más autoexigencia”. Y esto no quiere decir que los chicos no sufran crisis de autoestima y de estrés agudo durante estos momentos de su vida ni que todas las chicas las vivan con la misma gravedad. Es simplemente una media. Una que no sorprende a nadie. ¿O acaso la frase la autoestima cae de forma marcada y la relación con el propio cuerpo se vuelve más crítica de lxs autorxs del estudio le choca a alguien? Está claro que a ellas se les mira con lupa TODO el tiempo.

Prueba de ello es que la brecha emocional no desaparece con la adultez. “Datos de nuestro grupo de investigación y de la evidencia científica en población adulta muestran que las mujeres siguen presentando peores niveles de sueño, mayor de ansiedad y depresión, y más insatisfacción corporal que los hombres”. La brecha que se abre durante la adolescencia no se termina de cerrar nunca. De ahí que sea tan importante desarrollar estrategias que impidan que se abra en primera instancia. Invertir en salud mental adolescente y especialmente femenina. Educar sobre los cuerpos y la legitimidad de todas sus formas. Sacar un poco de las redes.