¿Cuántas veces has intentado limitar tu uso de las redes sociales con la opción que así te lo permite de tu móvil? ¿Y cómo te ha ido? ¿Realmente has logrado no entrar? No te castigues si no lo has conseguido. Las redes sociales están diseñadas para engancharte. Literalmente, hay centenares de personas cobrando un salario muy jugoso cuya única tarea es la de pensar en cómo tenerte el mayor tiempo posible pegado a la pantalla.
Lo sabemos, pero parece que solo con un nivel de autocontrol muy alto podríamos llegar a dejar de sentir esa urgencia por entrar y ver lo que hacen los demás.
Hasta ahora, teníamos la intuición, pero quizá no habíamos logrado acceder a documentos con evidencia de los minutos exactos con los que las empresas logran controlar el momento en que nos volvemos adictos.
Solo hacen falta 35 minutos
En concreto, según los documentos a los que ha accedido la radio estadounidense NPR, TikTok determinó la cantidad precisa de visualizaciones que se necesitan para que alguien adquiera el hábito: 260 vídeos. Después de eso, según los investigadores estatales, es probable que un usuario “se vuelva adicto a la plataforma”.
“Si bien esto puede parecer sustancial, los vídeos de TikTok pueden durar tan solo 8 segundos y se reproducen para los espectadores en rápida sucesión, de manera automática”, escribieron los investigadores que andan detrás de TikTok. “Por lo tanto, en menos de 35 minutos, es probable que un usuario promedio se vuelva adicto a la plataforma”, añadieron.
Otro documento interno, según NPR, encontró que la compañía era consciente de que sus funciones diseñadas para mantenernos enganchados en la aplicación generaban una necesidad constante de seguir abriendo TikTok.
Los papeles de TikTok afirman que “el uso compulsivo se correlaciona con una serie de efectos negativos para la salud mental, como la pérdida de habilidades analíticas, formación de memoria, pensamiento contextual, profundidad conversacional, empatía y aumento de la ansiedad”, según la demanda.
Además, los documentos muestran que TikTok era consciente de que “el uso compulsivo también interfiere con responsabilidades personales esenciales como dormir lo suficiente, las responsabilidades laborales y escolares y la conexión con los seres queridos”.
Esto surge mientras los documentos muestran otra faceta oculta del algoritmo de TikTok: la aplicación prioriza a las personas guapas. Un informe interno que analizó el “feed” de vídeos principal de TikTok descubrió que “un gran volumen de... sujetos no atractivos” llenaban la aplicación de todos. En respuesta, los investigadores de Kentucky descubrieron que TikTok había rediseñado su algoritmo para amplificar a los usuarios que la empresa consideraba atractivos.