4 factores por los que no te sientes del todo adulto

¿Crees que tus padres tenían las cosas más claras que tú a tu edad?

Los años han ido pasando. Terminaste el instituto. Encontraste un trabajo. Comenzaste una relación madura. Y un buen día te descubriste en una tienda del hogar eligiendo cortinas para el salón de tu casa. Eres unx adultx. Al menos sobre el papel. Al menos a ojos del resto. Porque tú no te sientes así para nada. Tu autopercepción no encaja con la percepción que tenías de tus padres cuando eras pequeñx y tenían más o menos la edad que tú tienes ahora. Ellxs parecían más mayores. Más maduros. Menos adolescentes. Pero no estás solo. La pregunta es: “¿a qué se debe este desajuste entre la realidad externa y el sentido interno de la etapa de la vida de cada uno?”.

Quien pregunta es Seth J. Gillihan, psicólogo especializado en terapia cognitivo-conductual consciente, el cual teoriza en una publicación en la revista especializada Psychology Today con la posible respuesta. En concreto, Gillihan cree que hay cuatro factores involucrados en este raro fenómeno mental, el primero de los cuales son los cambios sociales en los hitos de la edad adulta. Ahora la peña estudia más y tarda más en trabajar que antes, se casa más tarde que antes y tiene hijos más tarde que antes. Por el contrario, realiza acciones antes muy vinculadas a la infancia y la adolescencia como jugar a videojuegos o salir de fiesta hasta edades muy avanzadas.

Hay cosas que nunca cambian en ti

”Sin embargo, estos retrasos objetivos en marcadores de la edad adulta son solo una parte de la historia”, dice este psicólogo. Para entender el desajuste hay que tener en cuenta también una experiencia subjetiva casi universal: el mundo cambia a tu alrededor y los eventos se suceden, pero hay una continuidad en tu identidad que hace que sigas siendo la misma persona que eras hace diez años de un modo u otro. Muy unido a esto está el tercer factor clave según Gillihan: tus gustos y preferencias no han cambiado demasiado. Aunque hay matices en tu ocio o en lo que te mola, las características esenciales de tu personalidad son bastante estables. No percibes disrupción.

Por último, y para este especialista es probablemente el factor más determinante, están tus impresiones infantiles de los adultos. “Un mayor tamaño, conocimiento y autoridad daban a los adultos que te rodeaban un aura de madurez mítica: parecían tener las cosas claras, el control de sus vidas y saber las respuestas a las grandes preguntas de tu vida”. Sin embargo, nada de eso está presente en la tuya. Y, como sabes en el fondo de tu corazón, tampoco estaba en la de ellos. Era una ilusión. Pero la comparativa inconsciente en tu mente entre todos esos adultos idealizados y tú es tan grande que no te sientes como ellos. Te sientes menos adulto. Pero lo eres. Lo eres con todas las letras.